lunes, 28 de mayo de 2012

BERLÍN 2012

22 de junio
Llegamos a Berlín en avión desde Helsinki.
Salimos a caminar por lo que era el centro de Berlín occidental, la calle Kurfurstendamm. Una avenida muy amplia, moderna, con muchos árboles. En ella se encuentran las casas que venden las marcas de moda a nivel mundial. Se ven precios de 500, 1000 y hasta 2000 Euros por unos trapitos con marca. En la calle se ven muchas mujeres musulmanas con sus ropas típicas. Me llamaron la atención 2 que tenían todo cubierto de negro, de la cabeza a los pies, excepto una rendija de 15cm por 2cm para los ojos.
23 de junio
Para empezar por el centro histórico, nos unimos a grupos que salen con guía en español, que trabajan por la propina. Eramos 100 turistas en español, con 3 guías. Nos llevó por la Puerta de Brandeburgo, la calle Bajo Los Tilos, el Memorial del Holocausto, restos del muro, plaza Gendarmenmarkt, Universidad Humboldt, e Isla de los Museos. Son 3 horas y media de caminata. No nos convenció. Hubiéramos preferido hacerlo por las nuestras, a nuestro ritmo y no al ritmo del guía y el grupo, buscando nosotros las cosas en lugar de caminar persiguiendo a un guía sin saber hacia donde vamos. Nos contó algo de historia que está en las guías que tenemos, nos explicó que había 2 muros paralelos, y en el medio estaban los guardias que acribillaban al que logre pasar el primero, antes que intente escalar el segundo, y nos ilustró sobre las atrocidades del régimen comunista alemán desde 1948 a 1989. Fue la época de mi juventud y algo más. Esto último me dejó pensando en como la información llegaba filtrada a Uruguay donde mucha gente idealizaba a los regímenes comunistas.
Para descansar de la larga caminata, decidimos tomar un ómnibus urbano que recorre muchos sitios interesantes de Berlín, sin costo para nosotros porque sacamos un pase semanal. Pero fracasamos porque parece que hay una fiesta de Christopher Street Day no sé donde, y las calles están cortadas y los ómnibus no andan. Volvimos temprano al hotel y cenamos.
Berlín es una ciudad de grandes contrastes, con cosas históricas, y cosas muy modernas, porque la guerra y los comunistas arrasaron con todo. Se ven muchas cosas en construción. Todo grande. Se ve mucha gente rara por la calle, unos carritos con 10 o 15 asientos, todos mirando hacia adentro del carrito, con tipos que van pedaleando para que el carrito avance por la calle, y todos chupando cerveza simultaneamente. Parece que no hay controles de alcoholemia. Se ven mamados por todos lados. Yo tenía referencias de hace muchos años, que Berlín era una ciudad silenciosa. Ahora se ven muchos autos deportivos y motos potentes dando tremendos y ruidosos acelerones por las calles.
 Como el día nos resultó con gusto a poco, salimos a ver la noche. Fuimos a Potsdamer Platz, que es una zona muy moderna, porque por ahí pasaba el muro. Nos gustó mucho el edificio Sony, todo de metal y cristal, que tiene adentro una linda plaza techada con mucho movimiento. Después Cuca quería volver al hotel y la convencí de ir a ver la Puerta de Brandeburgo de noche. Por suerte la convencí, porque fue una experiencia inolvidable. El Christopher Street Day resultó ser una fiesta con un espectáculo musical que se celebraba al lado de la Puerta de Brandeburgo. Era una fiesta básicamente de homosexuales, aunque había todo tipo de gente. Lo de gente es un decir. Nunca vi tipos más raros en mi vida. Cortes y colores de pelo rarísimos, tatuajes, caravanas y piercings por todos lados, cualquier tipo de ropa. Gente gritando, tambaleándose de mamados o drogados, lesbianas dándose un apasionado beso, muchísimos gays caminando de la mano, algunos sentados en el piso mientras se acariciaban, muchos transvestidos. Y nosotros caminábamos entre ellos, pateando las botellas que tiraban en el piso a medida que las vaciaban. Como Cuca no se integraba al calor de la fiesta, sentía frío. Yo, como buen caballero, le cedí mi pullover, y ella me dio una camisa que me puse para no desentonar con el entorno.
24 de junio
Fuimos a Sachsenhausen, que fue un campo de concentración desde 1936 a 1945. Está a 35km de Berlín. Está reconstruído en una pequeña parte, pero con la ayuda de una audioguía en español que nos dieron, alcanza para hacerse una idea de como vivían, comían, trabajaban y terminaban los que llegaban allí adentro. Prefiero no entrar en detalles desagradables, pero creo que no debía dejar pasar una oprtunidad de conocer mejor estas atrocidades. Aclaro que después de 1945, cuando cayeron los nazis, el campo de concentración siguió funcionando hasta 1950, pero cambiando los roles. Los rusos y comunistas que estaban adentro, pasaron al otro lado del mostrador, para controlar a los nazis y anticomunistas que quedaron encerrados.
Después de mucho caminar adentro del campo, volvimos a Berlín y tomamos unos ómnibus de 2 pisos del recorrido urbano, desde donde podemos observar a Berlín sin cansarnos. Entre ómnibus y ómnibus, para no perder entrenamiento, subí a la cúpula de la catedral para ver la vista, con casi 300 escalones.
Desde lo alto, llama la atención la cantidad de iglesias que hay en Berlín, así como las grúas de obras en construcción. También se ven muchos canales. Parece que Berlín tiene más puentes que Venecia.
Hemos tomado muchísimos subterráneos y trenes de superficie. Es un servicio muy eficiente. Por 33€ compramos un pase libre por una semana. Es muy común ver a los alemanes subirse a los metros con la bicicleta.
Nuestro alojamiento es lo que considero ideal. No es hotel, no tiene recepción ni personal. No hacen las camas, ni cambian toallas ni entra nadie a la habitación. El único contacto con alguien fue el día que llegamos que nos estaban esperando a la hora acordada. Las llaves las dejaremos adentro y nos vamos.No incluye desayuno. Es un monoambiente con Kitchenette completa. Allí nos cocinamos y desayunamos con compras que hacemos en el supermercado que está pegado. Así se come barato. El único problema que tuvimos fue por nuestra ignorancia del alemán. Leímos el horario y creímos que era de lunes a domingo de 8 a 22, pero era de lunes a sábado, y como hoy es domingo, casi nos quedamos sin comer. Por suerte la heladera no estaba vacía del todo, y a media cuadra hay una Trattoría donde compramos un calzone.
25 de junio
Hoy fue un día de museos. Además, parte del día llovió, lo que lo hizo ideal para museos. Vimos 2, el Neues (Nuevo) en que se destaca la escultura del busto de la reina egipcia Nefertiti, de 3300 años de antigüedad, y el Museo de Pergamon, en que se destaca el altar de Pergamon, de 2 siglos antes de Cristo, hecho por los griegos y traído desde Turquía en pedazos y armado. Los 2 museos son muy interesantes, porque a través de arqueólogos alemanes, con un trabajo muy meticuloso, fueron juntando, ordenando y armando piezas de diferentes culturas antíguas (cercano Este, Egipto, Grecia, Roma, Islámicos, etc).
No sé qué tratos tenían los arqueólogos con los países donde se encontraban estas piezas. Los del museo dicen que tenían derecho a llevarse 1/3 de lo que encontraban. Yo creo que los alemanes se llevaron mucho más. Pero también la quedaron, porque en algunas salas sólo hay réplicas, porque cuando los rusos ocuparon Alemania, se las llevaron a Rusia. El que roba a un ladrón, tiene 100 años de perdón.
Muy interesantes los 2 museos, pero después de pasar horas adentro de ellos, terminé podrido. ¡Basta de museos por algunos días!!!!!!!
26 de junio
De mañana fuimos a Potsdam, una ciudad cercana a Berlín, que el rey Federico el Grande (siglo 17), que era un artista, modeló a su gusto. Dentro de ella, se destaca el Parque Sanssouci y el Castillo del mismo nombre que era su residencia. Recorrimos ambos. Se ve que, a su manera, se daba la buena vida el rey ese, por los lujos que tenía en su casa y el tamaño de su jardín.
De tarde fuimos al Reichstag (Parlamento), ya que habíamos reservado previamente por internet día y hora de visita. Era un enorme edificio de 1894, que se incendió en el 1933 y la guerra lo terminó de destruír. Se reconstruyó del 1995 al 1999, exteriormente tal cual, excepto la cúpula, que es una enorme estructura de metal y vidrio, con pasarelas en espiral que permiten recorrerla y subir hasta una plataforma de observación. Muy lindo, aunque hay gente que critica tanta modernidad.
27 de junio
De mañana fuimos al único pedazo largo del muro de Berlín que queda en pie. Son 1300 mts. La Municipalidad llamó a artistas para que lo pinten con motivos alusivos. Resultó ser entonces el mayor museo de pintura al aire libre. Se destacan 2 murales: En Alemania Oriental existía solo un modelo de auto, uno muy chico; en uno de los murales se ve a uno de esos autos que choca, rompe y atraviesa el muro. En otro se ve un beso entre Breznhev y Honeker, presidentes en esa época de Rusia y Alemania Oriental.
Luego vimos 3 Shoppings llamados Quartier, unidos por un pasaje subterráneo, alguno de ellos con lindo diseño arquitectónico.
De tarde al Aeropuerto para ir a París.
El día que llegamos a Berlín compramos 2 pases libres de transporte por 67€. Tomamos muchísimos subtes, ómnibus y tranvías y nunca lo pidieron. Podíamos haber viajado gratis. Pero si me agarraban corría el riesgo que me manden al campo de concentración.
Fin del capítulo de Berlín.

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