GEOGRAFÍA
Si uno mira la costa desde Cabo Polonio rumbo a Brasil,
vemos una bahía que termina en una punta rocosa. Sobre la orilla de esa bahía,
la arena es dura cerca del Cabo y blanda cerca de la punta rocosa. La punta
rocosa se llama Punta del Diablo. No confundir con el pueblo de pescadores
llamado Punta del Diablo, que se encuentra más cerca de Brasil.
La Punta del Diablo que nos ocupa, en realidad son 3 ó 4 puntas
separadas por pequeñas playitas entre una y otra.
A continuación de Punta del Diablo, empieza otra gran bahía.
Al comienzo de la misma se encuentra la desembocadura del arroyo Valizas, en
seguida el pueblo Barra de Valizas (para abreviar, lo llamaré Valizas), más
adelante Aguas Dulces y al final de la bahía el cerro de la Viuda y el pueblo
de pescadores Punta del Diablo. El tramo hasta Valizas es de arena dura. El
arroyo Valizas es el desagüe de la laguna de Castillos.
Toda la zona es de arena, con muy poca vegetación, y unos
pocos afloramientos rocosos, destacándose el cerro de la Buena Vista, cerca de
Punta del Diablo, de 40m de altura.
LOS CAMINOS ENTRE EL CABO POLONIO Y VALIZAS
El camino más largo es todo por la costa, recorriendo todas
las puntas de la Punta del Diablo. Son 11km.
El camino más corto es, como sabemos, la línea recta, que
comienza por la playa y luego sigue por unas enormes dunas. Son 8km.
Un camino intermedio es seguir la costa hasta cerca de Punta
del Diablo, y luego cortar camino hasta el comienzo de la 2da bahía. Puede
incluir la subida al cerro de la Buena Vista. Son 9,5km.
LOS MEDIOS DE LOCOMOCIÓN
Además de caminar, antiguamente, solo se podía llegar al
Cabo en unos carros tirados por caballos, en general 3 caballos. Podían salir
de Valizas o desde la ruta 10. Hasta que apareció “el Francés”. Este particular
personaje, que sirvió a Francia en la Legión Extranjera, compró unos camiones
4x4 de la 2da guerra mundial en desuso y les adaptó unos motores viejos GM de
los ómnibus interdepartamentales de la empresa Onda. En la caja de los camiones
les colocó asientos, algunos muy elevados, y comenzó a llevar gente de Valizas
al Cabo. Cuando el arroyo Valizas no daba paso, tenía un camión al cada lado
del arroyo y la gente cruzaba en bote. Hacía básicamente el recorrido más
corto. En la parte más alta de las dunas hacía piruetas con el camión,
incluyendo derrapes.
El negocio fue creciendo, puso más camiones y le apareció
competencia imitando los camiones, hasta que murió y se transformó en leyenda.
Posteriormente el gobierno prohibió los vehículos por las
dunas, y el acceso al Cabo pasó a ser únicamente desde la ruta 10, y no desde
Valizas.
MI PRIMER VIAJE A CABO POLONIO.
Fue ida y vuelta en carro desde Valizas, a mediados de los
70, con mi hijo bebé y mi hija chica. La pasaron muy mal, porque el carro se
sacudía mucho al transitar por las dunas.
MI PRIMER CAMINATA
Fue a mediado de los 80. Me convenció mi amigo Abel, gran
caminador de las costas de Rocha.
Partimos de Valizas a las 8 para evitar el sol de mediodía.
Hicimos el camino largo. Después de hacer playa y almorzar, decidimos volver
por el camino corto por las dunas. Gran error. El sol seguía alto, el calor en
las dunas era insoportable y no teníamos agua. Casi la quedamos. Pero nos
sirvió de lección y las veces siguientes, si queríamos volver con el sol alto,
lo hacíamos en carro y más adelante con el Francés. El trayecto en carro
demoraba casi 1 hora y era muy pintoresco, porque además de las sacudidas,
debíamos soportar el escape de gases de los caballos que iban dirigidos
directamente hacia nosotros. Recuerdo claramente un 1ero de enero que estando
en el Cabo, queríamos volver en carro y no había ninguno disponible. Salimos a
recorrer rancho por rancho preguntando, hasta que un tipo vio que podía hacerse
unos buenos mangos con nosotros y armó un carro con 3 caballos que andaban en
la vuelta y nos llevó. Uno de los caballos, llamado Mosquito, era bastante
remolón y el carrero le fue gritando todo el camino. Luego, prácticamente todos
los veranos, seguí haciendo la caminata, aunque con variaciones de horario y de
sentido.
MI PRIMER CAMINATA NOCTURNA
La gran ventaja de las caminatas nocturnas es que no tenemos
que soportar al sol abrasador. El problema siempre fue el cruce del arroyo
Valizas cuando no daba paso. De noche no había boteros. Fui con mi hermano
Rafael y mi hijo Carlos. La planificación del cruce del arroyo incluyó un bote
inflable de cuando mi hijo tenía 2 años. La teoría era poner ropa, mochilas,
etc adentro del bote y nosotros en traje de baño nadar empujando el bote. Como
la teoría puede ser muy distinta de la práctica, decidimos hacer una
experiencia de día, a la ida, para volver de noche con el procedimiento
conocido. Como siempre empezamos a las 8. La correntada del arroyo era enorme.
Nosotros pataleábamos y nadábamos con una mano queriendo avanzar hacia la otra
orilla. Pero la correntada nos hacía avanzar hacia el mar mucho más rápidamente.
Por suerte logramos llegar a la otra orilla justo antes de que la correntada
nos tirara mar adentro con un resultado impredecible.
Luego de un largo día de playa en el Polonio, a la vuelta,
ya de noche, repetimos el procedimiento. Tomamos la precaución de previamente
caminar unos cientos de metros aguas arriba del arroyo para terminar más lejos
del mar. Pero cruzamos sin ningún problema, ya que los vientos habían cambiado
y no había correntada.
SIGUIENTE CAMINATA NOCTURNA
Cuando ya creímos tener puesto a punto el método de cruce
del arroyo, decidimos invitar más gente para que nos acompañe. Éramos 24. Y era
la primera vez que iban mujeres a una caminata nocturna. Como éramos muchos,
había conseguido un 2do bote similar.
Salimos a media noche de Punta del Este a Valizas y a las 2
de la mañana comenzamos a caminar. Al llegar al arroyo comenzamos a inflar los
botes. Cuando terminamos de inflar los botes, varias mujeres descubrieron que
lo que les esperaba era muy distinto de lo que habían imaginado. Se oía “Yo no
me pienso mojar” Cuando les ofrecimos que de a una metan el trasero adentro del
bote con las piernas hacia afuera, y los “expertos” empujábamos el bote hasta
la otra orilla, se oía “ni loca” y “Vámonos de vuelta a Punta del Este”
Yo estaba preocupado, al ver fracasar mi expedición por
haber invitado a gente con poco espíritu aventurero. Me alejé del grupo y me
fui a caminar solo, arroyo arriba, pensando en encontrar un lugar fácil para
cruzar. Pero lo que encontré fue un bote con remos sin nadie en los
alrededores. Me subí al mismo y aparecí remando adonde estaban todos. Hicimos
varios viajes en grupos de a 4 ó 5 y el último dejó el bote en las condiciones
en que lo había encontrado y cruzó a nado.
CAMBIO DE SENTIDO DE LA CAMINATA
Varias veces hice la caminata, siempre acompañado, según el
siguiente esquema: Salir a la medianoche de Punta del Este, caminar de 2 a 5,
llegando al amanecer. Hacer playa, subir al faro, ver lobos, almorzar y cuando
nos aburrimos, volver con el Francés. Pero me entró una preocupación. Estábamos
manejando de vuelta a Punta del Este a media tarde después de 2 días y una
noche sin dormir. Existía la posibilidad de que alguien se duerma manejando.
Entonces en los años siguientes cambié el esquema. Salir a
las 10 de la mañana de Punta del Este. Llegar al Polonio en los camiones,
almorzar, disfrutar, cenar inmediatamente después de la puesta de sol y
arrancar a caminar. De esa forma, la manejada de retorno la hacíamos con mucho
menos cansancio acumulado.
EL PEOR FRACASO
Arrancamos de Punta del Este a medianoche, con una noche
espectacular. Llegamos a Valizas y mirando hacia el Polonio, se veía bruta
tormenta de truenos y relámpagos. Esperamos un rato a ver si paraba y nos
volvimos. Llegamos al amanecer. Resultado: Hicimos 360km y nos pasamos una
noche sin dormir para nada.
EL PEOR SUSTO
Arrancamos a caminar del Polonio hacia Valizas a las 22hs de
una noche estupenda. 1 hora después, vimos que hacia adelante había gente
sacando fotos con flash. Cuando los flashes eran más seguidos e intensos, nos
dimos cuenta que se venía una tormenta. ¿Qué hacemos? Estábamos en la mitad del
camino. Seguir o volver era lo mismo. No había otra opción. Seguimos. Los rayos
caían cada vez más cerca de nosotros. No había donde esconderse. Mi hermano
Rafael decía “No me puedo morir acá, dentro de poco voy a tener un hijo!!!” La
tormenta pasó sin consecuencias negativas y sin caernos una gota encima.
Subimos al cerro de la Buena Vista y aflojamos la tensión que habíamos vivido.
En ese afloje, mi cuñada se quedó dormida sobre las rocas. Una amiga le sacó
una foto. Mi cuñada se despertó de golpe dando un salto. Pensaba que el flash
eran los relámpagos que volvían.
OTRO SUSTO
Habíamos llegado al Polonio al Amanecer. No había nada que
hacer. Para hacer tiempo, nos acostamos a dormir sobre la arena de la playa La
Calavera. Nos despertamos de golpe con el rugir del motor del 1er enorme camión
que llegaba de Valizas, con las ruedas pasando muy cerca de nuestras cabezas.
Nos acordamos que el camión se llamaba El Mamut.
EXTRANJEROS
He llevado a hacer la caminata a varios extranjeros. Una
italiana, 2 suecas, una española, un español y varios argentinos. Todos quedan
encantados. No se convencen que se pueda caminar tanto sobre la costa sin ver a
nadie. Solo agua y arena. Y hay un lugar que los maravilla. Es arriba de una
duna muy alta que está al lado de la Punta del Diablo, hacia el lado de
Valizas. Uno se para de espaldas al océano y ve un paisaje que podría ser el
desierto del Sahara. Solo arena y algunas rocas. Y se da vuelta y ve el mar con
sus olas allá abajo, golpeando la base de la duna sobre la que estamos parados.
PASPADOS
Haciendo la caminata de día, es muy común que nos bañemos
para mitigar el calor. Pero sucedió varias veces a diferentes gorditos que me
acompañaron, que le rozaban las piernas con el traje de baño mojado y con sal.
Y ese roce les lastimó las piernas, dificultándoles caminar. Llegaron con gran
retraso, caminando muy lentamente con las piernas bien abiertas. A pesar que me
bañé muchas veces, a mi nunca me pasó porque mis piernas son flacas.
CON LUNA O SIN LUNA?
Siempre traté de hacer coincidir la caminata con la luna
llena. La vista de la luna reflejándose en el océano desde arriba del cerro de
la Buena Vista es espectacular. Y además ahorro linterna. Pero a veces, por ser
mi licencia muy corta, no pude hacer la caminata con luna. Y también tiene su
encanto. Nadie se imagina la cantidad de estrellas que hay en el cielo en la
total oscuridad. El haz de luz giratorio del faro luce mucho más. Una de las
mejores caminatas de mi vida fue una noche sin luna que había fosforescencia.
Era un placer mirar el mar con las olas rompiendo con un color verde flúo en
medio de la oscuridad de la noche.
La fosforescencia, aunque no tan intensa como esa noche, es
un fenómeno bastante común. Se puede apreciar agitando rápido las manos adentro
del agua, o pisando fuerte la arena mojada, en donde se ven puntitos
brillantes.
PROBLEMAS AL CRUZAR EL ARROYO
Hay veces que el arroyo se puede cruzar con el agua a distinta
altura del cuerpo, y hasta puede cruzarse sin mojarse ni los pies porque la
salida está cerrada por arena. Es emocionante llegar al arroyo y empezar a
buscar lugares donde se haga pie. Generalmente es a las 2 de la mañana.
Una vez, los más altos dábamos pie, pero una petiza cruzó
colgada de los hombros de 2 grandotes.
Otra vez, llegamos al arroyo y había una neblina que no dejaba ver la otra orilla. No nos
animamos ni a buscar por donde cruzar. Nos acostamos a dormir sobre la arena
mojada, muertos de frío. Cuando amaneció, nos cruzaron unos barcos de
pescadores. Pero lo peor no fue el frío ni la espera. Resulta que mi señora
estaba en Punta del Este. Cuando se hizo la hora en que habitualmente
volvíamos, se empezó a poner nerviosa y a despertar a las señoras de otros
caminantes. Y cuando por fin llegamos, ni les cuento la que tuvimos que
aguantar. En mi descargo, aclaro que en esa época no había señal de celulares
en la zona.
Otra vez llegamos y era imposible cruzar. Nos quedamos a
esperar a ver si encontrábamos alguna solución. Al rato aparecen otros
caminantes en la otra orilla, del lado de Valizas. Y ellos tuvieron éxito en
ubicar un botero, despertarlo, y que los cruce. Y a la vuelta nos cruzó a
nosotros. A partir de ese momento conseguí el celular del botero para los años
siguientes.
CUMPLEAÑOS
Al llegar al Cerro de la Buena Vista, se hizo la hora 0 y
comenzó el cumpleaños de un sobrino. Las hermanas le prendieron una velita que
clavaron en un alfajor que habían comprado previamente y le cantamos el
cumpleaños feliz.
ENCUENTRO CON FUTUROS FAMOSOS
Un compañero de trabajo acostumbraba a pasar una semana de
su licencia en una carpa en el medio de la nada, cerca de la Punta del Diablo. Lo
acompañaban su señora y sus 3 hijos chicos. Iba en un Jeep, que en esa época
podía transitar por las dunas. Llevaba todos los elementos de confort que
cabían en el Jeep, pero la vida igual era dura por estar totalmente aislados.
Yo los visitaba. Recuerdo un 1ero de enero que pasé y no los encontré, pero vi
al costado de la carpa las botellas del champagne francés que descorcharon la
noche anterior. Sus 3 hijos eran Alejandro, Mariana y Andrea. Ese tipo de vida
los preparó para que los 3 se destaquen internacionalmente en el deporte de la
vela. El 1ero representó a Uruguay en 3 olimpíadas, en una de ellas como
abanderado. La 2da también representó a Uruguay en una olimpíada. Las 2 últimas
fueron campeonas mundiales 2 veces.
Una vez que fui a buscarlos y no los encontré, veo en la
zona a una mujer con sus 2 hijos chicos. Le pregunté por mi amigo y me dijo que
había salido. Al volver de la licencia, lo comento con mi amigo. Me contó que
la mujer, llamada Claudia, se había instalado en una casa abandonada, casi sin
techo con sus hijos. Que no tenía ningún elemento para calentar la comida, que
alimentaba a sus hijos con arroz crudo. Los hijos se acercaban a la carpa de mi
amigo a pedirles comida, con la condición que no le cuenten a la mamá porque se
iba a enojar.
Después descubrí que la tal Claudia era recontraparienta
mía, que era de una familia rica, que sus hijos iban al liceo Francés. Con el
tiempo Claudia también se volvió famosa, pero no por una hazaña deportiva. Le
pagó al casero para que asesine a su hermano, que cultivaba arándanos, por una
cuestión de plata. Durante un tiempo, nadie sospechó de ella, hasta que tuvo
diferencias con el casero y el casero la asesinó a ella y se descubrió todo.
CAMINATA DIFÍCIL
Una vez, de día, yendo de Valizas al Cabo, Tuvimos que hacer
la caminata con fortísimo viento en contra, con la arena que volaba y nos
golpeaba la cara. Parecía que no llegaríamos nunca, intentando avanzar en esas
condiciones pisando arena blanda.
PAUSA
Desde mediados de los 80 he faltado a la caminata muy pocos
veranos. Tuve que hacer una pausa de 2 ó 3 veranos cuando las caderas
envejecieron y me dijeron “NO VA MÁS”. Pero entre fin del 2014 y principios del
2015 cambié parte de mis viejos huesos por trozos de hierro y me reenganché con
las caminatas.
3 GENERACIONES
En la 1er luna llena del 2018, en la 1er caminata organizada por
xperience.uy hicimos la caminata 3 generaciones, ya que
me acompañaron mi hijo Carlos y mis nietas Eva y Aurora, de 11 y 8 años.
XPERIENCE.UY
Organicé muchas caminatas nocturnas. La vez
que fuimos más, llegamos a 24. Pero fui superado ampliamente por las redes sociales, por
xperience.uy y por la gran dedicación que le pone Diego (El Negro), que es el
mejor amigo de mi hijo desde 1980 en que entraron juntos a la escuela. En la
primera caminata que organizó llevó más de 350, en la segunda llevó más de 1000. Pero la pandemia y algún intento fracasado por lluvia lo obligaron a abandonar y seguiré organizando pequeñas experiencias junto a mi hijo mientras las piernas aguanten.
Hugo Roda
hugocuca@gmail.com
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