sábado, 13 de febrero de 2016

COLOMBIA

Es un viaje que hacemos aprovechando millas de LAN. A pesar que no me gusta viajar durante el verano uruguayo, lo hago para escapar de la temporada de lluvias de Colombia.
Vamos Cuca y Hugo acompañados de nuestros amigos Alicia y Juan.
Llevamos 2 repelentes en aerosol y uno en crema, un insecticida en aerosol, tabletas termoevaporables, termoevaporador apto para 110 volt y un tejido mosquitero para colgar sobre la cama. Con ese arsenal, esperamos ganarle la batalla a los mosquitos.
15 de febrero
Arrancamos de Punta a la hora 0 en un COPSA que paró en todos lados y demoré 2hs10min hasta el aeropuerto. Después 3 aviones con escalas en Lima y Bogotá, para llegar a Cartagena de Indias 18 horas después. Todo bien, excepto el cansancio de dormir muy poco en los aviones.
Respecto al aedes/zika/dengue, acá no hay ninguna sicosis como en Uruguay, no vi ningún mosquito, ni sentí su incómodo zumbido. Igual nos llenamos de repelentes y ponemos pastillas de noche. Evidentemente hay más riesgos en Pocitos que en Cartagena, donde hace 3 meses que no llueve y no hay charcos donde se puedan criar.
Ya no soy el de antes 1: pagamos taxi del aeropuerto al hotel. Se explica porque aseguré el precio antes de subir, y además 100 pesos entre 2 parejas es regalado.
Ya no soy el de antes 2: Cenamos en restaurantes elegidos por Cuca. Rondan los 20 dólares la pareja.
La ciudad vieja de Cartagena es muy linda, pero de noche iluminada es más linda aún.
16 de febrero
En la mañana hicimos un recorrido a pie por la ciudad vieja de Cartagena. Son muy lindas todas las fachadas de las casas, muy coloridas y con adornados balcones.
En muchos lugares te paran para ofrecerte algún servicio, una venta, o simplemente para manguearte. No son tan insistentes como en otros países. Me llamó la atención, en la entrada de una iglesia, uno que para manguaerme me dijo "one money pa comer"
Salimos temprano, y a mediodía cuando apreta el calor, comemos algo simple de supermercado y nos encerramos en el hotel a esperar que afloje el calor. Volvemos a recorrer a las 4 ó 5 de la tarde. El sol se pone a las 6, pero seguimos paseando con la ciudad iluminada. Hoy hicimos de tarde un recorrido por la muralla. En un fuerte de la muralla había un montón de gente mirando la puesta de sol. la mayoría chupando en un boliche. Pero las puestas de sol en Uruguay son más lindas. Hay como una bruma que el sol se dejó de ver antes de llegar al horizonte. Por suerte nadie aplaudió.
17 de febrero
De mañana fuimos al Mercado Bazurto. Tiene una parte de productos de mar y otra en que hay de todo. Funciona en gran parte al aire libre. Mucho movimiento y mucha mugre. Cuca había sugerido ir, pero al ver la mugre se quiso ir rápido.
Luego a La Popa, que es el punto más alto de Cartagena (150m) con linda vista. Visitamos el monasterio que está allí. Volvimos a la ciudad vieja para caminarla otro poco y cuando el calor apretó, piscina, comida en la habitación del hotel (de supermercado) y la siesta para esperar que baje el sol.
De tarde al barrio Bocagrande. Es una lengua de tierra llena de edificios de hasta 40 pisos, frente al mar. Es la zona residencial cara.Tiene playas feas, con arena sucia, con agua cuyo color no parece del Caribe. Como Cuca no quería ir, estaba de mal humor y me puso en penitencia. La penitencia fue entrar a un Shopping con Alicia y que Juan y yo esperemos. Y en esa espera, fuimos a caminar por la playa, vestidos. Se nos acercó una muchacha y me dijo:" Mi nombre es Flor, y me ofrezco para hacerle un buen pasar" Por supuesto no acepté, porque Cuca me había dado sólo 20 minutos de libertad, y porque si hubiera aceptado no lo escribiría aquí. Al rato apareció Laura y me ofreció masajes. Un rato después aparecieron Cuca y Alicia pero no me ofrecieron nada. Las uruguayas no son tan dadas como las colombianas.
Todos los trayectos del día fueron en taxi. En general no pasaban de 80 pesos uruguayos, que dividido 4 da menos que un boleto de Cutcsa. El único caro ($600) fue el que nos subió y bajó del cerro, ya que nos esperó durante la visita, porque tuvimos miedo de quedar en la punta del cerro, y que no apareciera por allí ningún taxi libre. Hicimos la opción recomendada por la guía.
18 de febrero
De mañana al muelle La Bodeguita de Cartagena para tomar una lancha rápida y en 1h10min llegar al Resort Cocoliso (Sí!!! Aunque Ud no lo crea, Hugo en un Resort en el Caribe!!!)
Pero no se hagan ilusiones. No es un "All Inclusive". No voy a volver con varios Kilos de más. Incluye alojamiento, desayuno, transporte, piscina, playa privada, etc por 109 U$ la noche la pareja. Está en la Isla Grande del Rosario. La playa no existe tal como la conocemos nosotros. Hay una explanada con sombrillas, sillas, etc, limitada por un muro, pero para entrar al agua hay que bajar ese muro por una escalerita. El agua es muy linda y de buena temperatura. También uno se puede bañar en una pequeña bahía rodeada de manglares, de agua muy transparente.
Inmediatamente que nos instalamos, un bañito en la playa, y luego 10 minutos más de lancha rápida para ir a un Oceaneario en otra isla. Tienen muchos peces y tortugas en el Caribe, en recintos limitados por tejido para que no se escapen. Ofrecen un show de delfines tradicional, y un show de tiburones y otros peces al momento de alimentarlos. Cuca al principio no quería ir, pero después reconoció que valió la pena. Luego un almuerzo frugal (salchipapas, o sandwich con papas fritas), una siesta, y baños en la bahía rodeada de manglares (solo yo, porque tenía 4m de profundidad).
Si será trucho el Resort que contrató Hugo, que no tiene ni canilla de agua caliente. Y luego del baño de agua fría, una milanesa de pollo con fritas, y a preparar el tejido mosquitero, que hasta ahora no habíamos usado, ya que Cuca dice que vio un mosquito en la isla.
19 de febrero
El tejido mosquitero fue un fracaso. Primero lo colgué de una lámpara que colgaba del techo a la altura de los pies. Pero al llegar cerca de nuestras cabezas, el mosquitero apoyaba sobre las mismas, que además de ser molesto, no impedía que nos piquen en la cabeza, ya que pueden picar a través del tejido. Luego probé a colgarlo de una piola que atravesaba toda la pieza atada al palo de un placard y a la bisagra de una puerta. Pero la altura de la cual colgaba el mosquitero era poca, y apoyaba sobre nuestras cabezas y nuestros pies. Lo dejé igual. Pero Cuca se tuvo que levantar para ir al baño, y me anunció que lo iba a hacer varias veces en la noche. Me di por vencido. me levanté, lo saqué y lo guardé para mejor oportunidad. Por suerte no había mosquitos.
Íbamos a estar en la isla hasta las 15, pero mientras desayunábamos, nos avisaron que el puerto de Cartagena estaba cerrado por viento, que cancelaron a todos los visitantes por el día, y que venía una lancha a buscarnos, y que debíamos estar listos 10.30. El viento aumenta mucho en la tarde.
Yo tenía programado hacer Snorkel en la mañana. Pensé que tenía que cancelarlo, pero logré hacer un recorrido más corto. No fue de los mejores que he hecho en mi vida, pero todos son lindos. Al principio se veían pocos peces de colores, pero después apareció un cardumen de cientos de peces azules llamados cirujanos, que valió la pena.
Debido al temporal de viento, la lancha tomó otro camino distinto al de la ida, mucho más cerca de la costa, y en parte adentro de un canal entre una isla y el continente. No fue tan movido como esperaba, ni terminamos muy mojados como suponíamos.
Llegamos a Cartagena, nos instalamos en otro hotel, esperamos que pase el calor, y salimos a patear por las murallas.
Este hotel tampoco tiene agua caliente. Booking.com no lo dice directamente, aunque algunos comentarios lo mencionan y no lo vimos.
20 de febrero
De mañana fuimos al Castillo San Felipe de Barajas del siglo 17. Es enorme. Tiene muy lindas vistas de la ciudad, y una importante red de túneles. Protegía a Cartagena de ataques por atrás. En un audiovisual que contaba la historia del castillo, resaltaban una importante victoria de los españoles contra los ingleses, gracias al estratégico castillo. Dijeron que debido a esa victoria, en América del Sur se habla español y no inglés.¡Qué lástima!
Después de la siesta obligada, recorrimos las murallas del lado de Getsemaní y luego fuimos a pasear por la ciudad vieja en nuestra última noche en Cartagena. Y nos encontramos con que habían cercado con una reja de metal que impedía el paso, una cuadra y media de importantes calles al frente y al costado de la iglesia principal. Adentro del cerco, en una cuadra de largo, estaba lleno de mesas adornadas para festejar un casamiento que se estaba realizando en la iglesia. La otra media cuadra la ocupaban servicios para la fiesta.
21 de febrero
5.15 de la mañana suena el despertador. Taxi al aeropuerto. Check-in. Control de seguridad donde le retiran a Alicia cuchillos y tenedores y los tiran en un buzón de plástico junto con todo lo que le retiran a la gente. Espera. Vuelo retrasado. Vuelo cancelado. Tremendo despelote porque nadie definía lo que había que hacer y todos los pasajeros se pusieron a gritar para exigir sus derechos. Informaban que había un vuelo el día siguiente, pero debía tener muy pocos lugares comparado con todos los que quedamos sin volar. ¿Como se elige a quienes vuelan mañana y a quienes no se sabe qué otra solución le ofrecen? Entonces Cuca adoptó la siguiente estrategia: A una empleada le mostró montones de remedios, le dijo que era muy enferma, que le estaba por subir la presión y reventar. Cero bola. Pero insistió con otra empleada, que era la correcta y en el momento correcto, e inmediatamente nos incluyó en la lista para mañana, que recién estaban comenzando a preparar. Con el resto no sé. El trámite para que les devuelvan la plata parece que demoraba varios días.
Entonces Alicia planteó que ya que no viajó en avión, era injusto que le hayan retirado cuchillos y tenedores. Después de mucho insistir, consiguió que alguien vacíe el buzón y escarbe entre un montón de cuchillos, tenedores, tijeritas, navajas, etc, hasta que al final los recuperó.
Con la netbook busqué nuestro 3er hotel en Cartagena, al cual llegamos a las 14.30. Tiene agua caliente. Almorzamos, siesta y a caminar por Cartagena, que es linda, pero chiquita, y por lo tanto repetimos lugares.
Espero que esta sí haya sido la última noche en Cartagena. No se pierda el próximo capítulo.
También usamos la tecnología (mails, whatsapp) para contactar a la gente de la hacienda cafetera para coordinar para mañana lo que teníamos coordinado para hoy (traslado, tour del café, alojamiento, etc)
22 de febrero
Se repite lo de ayer, comenzando a las 5.15 de la mañana, pero con mejor suerte, ya que el avión despegó en hora, porque el tiempo en Pereira era bueno.
Pero a mitad de camino, el comandante avisa que cerraron el aeropuerto de Pereira, que si lo abrían en los próximos minutos intentaba un aterrizaje, y en caso contrario, íbamos para Medellín. Entonces me asusté pensando que podía tener el mismo fin que mi ídolo El Mago, que murió en un accidente aéreo en Medellín.
Pasaba el tiempo y no había más información del comandante. Nosotros observábamos que el avión doblaba y doblaba. Dio varias vueltas (creo que al menos 5). Había paisajes y nubes que los vimos varias veces. A veces el avión descendía y a veces volvía a subir. Yo pensaba hasta cuando le alcanzará el combustible. O si habría cerrado también Medellín. Hasta que el comandante avisó que había abierto el aeropuerto de Pereira, pero nuestro avión estaba en lista de espera para aterrizar con el número 3. Seguimos dando vueltas redondas en unos minutos interminables, hasta que aterrizamos sin problemas. Nos enteramos que un vuelo de Avianca que debía aterrizar en Pereira había sido cancelado. Tuvimos suerte.
Nos estaba esperando un taxi con un cartel "HUGO RODA" para llevarnos a una hacienda cafetera a 45km. Los paisajes, tanto en la ruta como en la hacienda y a pesar de la falta de sol, son muy lindos, con todas las laderas de las montañas plantadas con café.
Cerca de la casa donde nos alojamos, hay una vegetación muy linda de plantas tropicales de clima húmedo.
Hicimos el "tour del café" donde nos mostraron todo el proceso desde la plantación a la industrialización, pasando por la recolección. Nos insistieron que el colombiano es el mejor café del mundo, porque todo el proceso se realiza mejor. Habría que visitar una hacienda en Bresil a ver si opinan lo mismo.
Tienen viveros para reponer las plantas que cumplen 21 años y les baja la producción.
La recolección se hace a mano, seleccionando cada recolector los granos Frutos) rojos y amarillos, y dejando en la planta los verdes. La competencia de otros países usa recolección mecanizada, y recoge también los granos verdes, lo cual baja la calidad. Al fin de la jornada, cada recolector lleva lo que recolectó al pesaje y cobra casi 5 $ uruguayos por quilo. Según nos dijo el guía, los buenos recolectores no llegan a $ u 1000/día. Comen y duermen en la hacienda, y les cobran por comida y alojamiento. Pero según lo que habló Cuca con los recolectores, andan por $U 200/día.
Luego el grano se pela mecánicamente. La cáscara va para producir compost (abono) y las 2 semillas de cada grano siguen su proceso con un lavado, para sacarle una especie de azúcar, que también va al compost. En su proceso se deja en agua. Las semillas que flotan (porque fueron atacadas por un insecto) se separan y se venden como de baja calidad, por ejemplo para los cafés instantáneos. Las semillas buenas van a un horno, y luego se las raspa para sacarle una cascarita. El proceso continúa con una clasificación por colores de cada semilla, que antes se hacía manualmente, con las semillas corriendo por una cinta transportadora, y un ejército de mujeres, cada una pescando de a una las semillas de determinado color. Cada color representa un grado de humedad. Luego hay una clasificación por tamaños mediante zarandeos. Las semillas que no cumplen ciertos estándares de calidad respecto a tamaño y humedad, se venden en Colombia, y las buenas se exportan. Actualmente, desde el raspado de la cascarita en adelante, se hace fuera de la hacienda, en forma centralizada por una federación de los hacendados, con maquinaria sofisticada y cara.
Nos explicaron que el café de Colombia es más suave que los otros, porque se usa una variedad que tiene menos cafeína, y porque en el proceso de sumergirla en agua, se diluye más la cafeína. Dicen que con eso queda más sabroso. Luego hubo una cata de café, variando la temperatura del agua y la presión a la que se prepara el café. Yo no participé porque no me gusta el café. En el recorrido pasamos por un mirador con una linda vista de la zona, con protestas de alguna de las señoras del grupo por los 150m que tuvieron que subir para llegar al mirador.
Luego del almuerzo, paseamos por la hacienda, admirando flores y aves. Cuca terminó discutiendo con uno de los recolectores si Gardel era Uruguayo o Francés.
A pesar de que vamos a estar un solo día en la hacienda en lugar de los 2 previstos, ya vimos todo lo que se puede ver. Y nos quedamos muy contentos de haber venido, a pesar de los inconvenientes.
23 de febrero
Taxi de la hacienda a Pereira, subimos al avión en hora, pero el avión no se mueve.
Como a la media hora, nos informan que un motor estaba roto, pero que ya lo arreglaron, y que como en Bogotá (nuestro destino) hay mucho movimiento, están esperando que en Bogotá les aseguren unos minutos de pista para aterrizar. Luego fue todo normal. Se ve que andamos complicados para los vuelos internos dentro de Colombia, no solo en Viva que es una compañía de bajo costo, sino hoy también con LAN. Por suerte fue el último. Ahora alquilamos un auto y nos movemos por tierra.
En un viaje de 4,5 horas (170 km) llegamos a Villa de Leyva, con una salida de Bogotá muy lenta.
Es un pueblo chico y lo vimos de noche, pero es precioso. Parece que estuviéramos 200 años atrás, con calles empedradas, una plaza enorme rodeada de casas bajas.
24 de febrero
Dedicamos la mañana a los alrededores de Villa de Leyva. Comenzamos viendo un fósil de un Kronosaurio, un reptil marino que vivió aquí cuando no existían Los Andes, hace 110 millones de años, y esta zona estaba debajo del mar. Mide como 10 mts de largo, y está tal como lo encontraron el siglo pasado, sin sacar ningún hueso para armarlo después en un museo.
También vimos un observatorio astronómico de los Muiscas, que habitaron esta zona desde hace 4000 años. El observatorio es de 900 años antes de Cristo, y consta de muchas piezas de piedra tipo columnas, algunas con formas fálicas. Estudiando las sombras, predecían estaciones, fechas de cosechas, etc. Había que pagar entrada, pero como se veía desde el camino.....
Luego seguimos a un pueblo muy pintoresco, llamado Ráquira, donde caminamos su zona central y su adornada plaza con iglesia, como toda plaza que se precie.
La tarde la dedicamos a recorrer a pie Villa de Leyva, con una de las plazas más grandes de América y sus casas de colores, sus ventanas y balcones de madera, todo muy florido. No sé si este pueblo no es más lindo que Cartagena, pero se disfruta más, ya que hay mucho menos turistas, y no hay vendedores que te persigan para venderte cosas.
Hace 8 meses que no tenían una lluvia importante. Vinimos nosotros y llovió, pero por suerte fue cuando habíamos terminado el recorrido.
Desde ayer estamos a más de 2000 mts sobre el nivel del mar, y no notamos nada raro. Mañana llegaremos a Bogotá con 2600. Veremos.
25 de febrero
Viajamos en auto de Villa de Leyva a Bogotá. En el camino vimos 2 atracciones de Colombia:
Mina de sal de Nemocón. Se recorren 2,5 km de galerías subterráneas. Se ven estalagtitas y estalagmitas de sal, unas lagunas artificiales en las que el agua está tan quieta que funciona como un espejo perfecto, tan perfecto que nos paramos al borde de la laguna, la miramos hacia abajo, no nos dimos cuenta que era una laguna y veíamos reflejado el techo, pero creíamos que era el piso que estaba mucho más abajo que nosotros y nos daba vértigo. También vimos como cascadas de sal.
Las galerías al principio se abrían a pico y pala, luego se introdujo la pólvora y la dinamita. El material extraído (de color gris, porque no es sal pura) se cargaba sobre el lomo hasta la salida de la mina. El progreso trajo las vagonetas. Hoy la mina sigue en explotación, pero por un procedimiento totalmente distinto que no se ve. Inundan unos huecos con agua, Esperan algunos días que el agua disuelva la sal. Cuando la concentración de sal en el agua es suficiente, la bombean al exterior, y le quitan el agua por evaporación. Aquí se filmó la película de los mineros chilenos.
Catedral de sal de Zipaquirá. Está catalogada como la maravilla Nº1 de Colombia. Es una catedral de 3 naves de grandes dimensiones, con 4 columnas de piso a techo, excavada dentro de la sal, a más de 200m de profundidad. Está dentro de una mina de sal que aún funciona. Por 1932 los mineros hicieron un pequeño santuario dentro de la mina para orar para que no le pase como a los mineros chilenos. Por el 1950 la transformaron en una catedral, que la clausuraron en 1990 por peligro de derrumbe. En 1995 construyeron la actual, abajo de la anterior. Se accede a través de las galerías de la mina. En galerías transversales a las de acceso, se representan las estaciones del Vía Crucis
En realidad es una mina disfrazada de templo religioso, que debemos recorrer con una guía que explica cosas religiosas que no me interesan, y que se cree graciosa, y es parte de un show montado para turistas. Sin dejar de reconocer la obra de ingeniería que es la catedral, resultó más interesante la recorrida por la mina.
En la carretera hay cruces peatonales indicados (tipo nuestras cebras) donde hay que disminuir la velocidad. Así lo hice, y como una mujer estaba por cruzar, me detuve. La mujer me miraba con cara de no entender nada, y no se animaba a cruzar. Se ve que los colombianos les pasan por arriba a los peatones.
Algunas frases que me extrañaron: 1. Un mozo en lugar de decir "no le gustaría comer tal cosa?" dice "no le provoca tal cosa?" 2. Pagué con tarjeta de débito y para pedirme el pin me dice "No me regala su pin?"
La altura la sentimos un poco al subir escaleras dentro de la mina de sal, a 2.700 metros de altura sobre el mar. Pero si vamos despacio no hay problema.
El tránsito en Bogotá es complicado. Son muy agresivos. Viven zigzagueando. Está lleno de autos. Y eso que en horas pico circulan sólo las matrículas pares unos días y las impares los otros. Yo alquilé auto martes miércoles y jueves. Martes y jueves circulan los pares. Pedí un auto par para salir de Bogotá un martes y volver un jueves. El miércoles estuvimos lejos de Bogotá.
26 de febrero
Dedicamos el día a caminar el Barrio La Candelaria, la zona histórica de Bogotá. Vimos muchas iglesias, algunos museos, la plaza de Bolívar, edificios coloniales, y subimos en aerocarril al Cerro Monserrate.
El punto más alto de la visita fue el Cerro, que está a 3170 mts, pero la vista no valió mucho, porque hay mucha neblina o smog. El punto más alto en cuanto al interés de la visita fue el museo del Oro, con un montón de piezas en exposición, y muy bien presentadas.
La Plaza de Bolivar está rodeada de edificios coloniales e iglesias, y está llena de palomas alimentadas por los locales. ¿Se sintió desde Uruguay el grito de Cuca cuando una paloma se le posó arriba de la cabeza?
Anduvimos de suerte. Al museo del oro entramos gratis por ser viejos. En el aerocarril pagamos poco por la misma razón. Al museo de trajes regionales entramos gratis de casualidad, porque el último viernes del mes es gratis, cosa que nosotros desconocíamos. Lo único que tuvimos que hacer fue registrarnos. Entonces descubrí que Colombia está más adelantado que Uruguay. Para registrar el sexo, había 3 opciones: M F y O
En más de un lugar vimos hombres viejos solos, que ponen música con un parlante en la vereda y bailan solos por unas monedas.
En Bogotá nos tomamos un descanso de todos los insecticidas y repelentes que veníamos usando. Por lo que investigué, el aedes no va más arriba de 2200m de altitud (1700 según otras versiones) Las pocas centenas de casos de enfermedades transmitidas por el aedes que se registraron en Bogotá, fueron por gente que fue picada en otros lugares. Pero al regresar a Uruguay nos seguiremos llenando de repelente.
27 de febrero
De mañana un muy agradable paseo por el jardín botánico de Bogotá. A mediodía un paseo por una de las zonas pitucas de Bogotá que es la zona T, dentro de la zona Rosa. Es una zona moderna, llena de shoppings y restaurantes. El color de la piel de la piel de la gente de esta zona es distinto al promedio de Bogotá. Almorzamos en un lugar caro para que Cuca no me critique. Luego fuimos a la zona llamada Centro Internacional, y subimos a la Torre Colpatria, que es la más alta de Bogotá con 48 pisos, pero muy finita, para ver a Bogotá desde arriba, pero no tan arriba como ayer.
Ya no soy el de antes. Volveré a Montevideo con algún kilo de más, y no más flaco como en otros viajes. En realidad, la que no es la de antes es Cuca, que antes aceptaba comer cosas de supermercado, y ahora se confabula con los socios del viaje para entrar siempre a restaurantes. Y le dispara a los muy baratos.
28 de febrero
A la 1 de la mañana dejamos el hotel de Bogotá, y llegamos a Punta del Este a las 19, luego de 16 horas casi sin dormir y comiendo solo snacks en los aviones.

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