jueves, 2 de septiembre de 2010

NORTEAMÉRICA 2010. CANADÁ OESTE




1 de setiembre. Vuelo a Río, donde tenemos una espera de 7 horas. La espera se hizo más soportable pensando que estoy en los pagos del gran Maracaná, donde fuimos campeones mundiales, en lugar de conseguir un meritorio 4to puesto, y además, fuimos guiados por el Negro Jefe, y no por unos rubios carilindos que están para la pinta.
En Montevideo no nos dieron las tarjetas de embarque de los tramos siguientes. Las conseguimos en Río después de pesadear mucho a muchos, y partimos para Houston.
2 de setiembre. Llegada a Houston, y vuelo a Vancouver. Al llegar descubrimos que nos habían roto el candado y nos abrieron una valija. Adentro estaba todo revuelto, pero parece que no nos faltó nada. Adentro estaba el candado roto, y un papel, en español, que decía que las autoridades de USA, para cuidar nuestra seguridad, sortean entre todas las valijas cual abren, y esa la abren como sea. Yo calculo que el sorteo lo hicieron entre la valija de Cuca y la mía y Cuca perdió el sorteo. ¡Quién se imagina que van a abrir la valija de un yanquee o un canadiense y ponerle un papel explicativo en español!!
Del aeropuerto tomamos el Skytrain, que es un tren que va en parte por superficie y en parte bajo tierra. Nos llamó la atención que no tiene conductor, mientras los uruguayos siguen conversando si algún día eliminarán el guarda.
En una de las paradas del skytrain, nos estaba esperando nuestro amigo Arturo Ballesteros, que nos llevó a su casa cerca de Vancouver y nos dio alojamiento.
3 de setiembre. En tren al centro de Vancouver en media hora. Es un tren de 2 pisos, con vista muy linda del piso alto. Recorrimos el barrio Gastown, que es el más viejo, pero reconstruído en las condiciones originales. Tiene un reloj que funciona a vapor. Luego al Barrio Chino. Volviendo del barrio chino, estábamos por cruzar una calle llamada Hasting, que estábamos prevenidos que tenía una zona peligrosa porque estaba llena de delincuentes, drogados, etc. Lo dice la guía, y mi amigo nos dijo que en esa zona, pasa en auto con las puertas trancadas, y ni loco se baja. Llegamos a ella y no vimos nada. Pensamos que sería en otra zona y comenzamos a caminar por ella. De repente empezamos a ver todo tipo de bichos raros, seguimos caminando con cara de yo no fui, y a las 2 cuadras doblamos en una transversal y se acabó el problema. Luego confirmamos que esa era la peor zona.
Vueltos al primer mundo, caminamos por la costa, en una zona muy moderna, de construcciones muy altas, y luego tomamos un Ferry para ir y volver a North Vancouver (la orilla de enfrente), para ver la parte moderna con mejor perspectiva. Luego recorrimos la parte céntrica, pero alejándonos del agua, para volver en el tren de 2 pisos. Compré un GPS, para perderme poco cuando tenga auto alquilado.
Almorzamos en una especie de plaza de comidas subterránea, cerca de la costa. A Cuca se le ocurrió comida Japonesa (Shushi, Teriyaki, arroz, etc) Había una sustancia verde que acompañaba una parte de la comida. Cuca arrugó, y no se animó a probarla, pero yo, que soy valiente, le puse un poquito a parte de la comida. Hasta lloré de lo picante que era. El postre incluía trozos de melón. Como Cuca no sabía agarrarlo con los palitos, los pinchaba con un palito, y luego, para disimular, ponía el otro palito al lado y se llevaba los 2 palitos a la boca. Si la ven los japoneses la echan.
4 de setiembre. Paseamos todo el día con Arturo, en auto. Primero visitamos Rocky Point, un parque sobre la ría que atraviesa Vancouver. Seguimos por el barrio bohemio, donde entramos a tomar un café en un boliche llamado La Habana, con fotos de Fidel y el Che. En esa zona la gente parece más latina que canadiense. Seguimos luego a Stanley Park, un enorme parque muy cerca del centro, que es una de las principales atracciones turísticas. Es muy agradable, con lindas vistas, y con totems decorados, muy típicos de los aborígenes del norte de esta provincia (Columbia Británica). Seguimos después al Capilano Park, donde se destaca un puente colgante peatonal, que se bambolea mucho sobre un curso de agua que está mucho más abajo, encajonado en unas paredes verticales. También es interesante pasear por un bosque con árboles de casi 100mts de altura, caminando por pasarelas colgantes de árbol en árbol a decenas de metros del piso. Muy lindo todo este Capilano Park, menos el precio, ya que costaba U$D 28 por persona, y eso porque nos hicimos pasar por mayores de 65 para tener descuento.
5 de setiembre. De nuevo Arturo nos llevó a pasear en su auto. Recorrimos una zona llamada Sea to Sky Highway (route 99) a 50 km de Vancouver. Es una zona muy escarpada que bordea a una especie de fiordo, con lindas vistas. Se destaca un pueblito llamado Horseshoe Bay (Bahía de la Herradura para los que no entienden inglés) y las Shannon Falls (cascadas) de 335 mts de altura. Luego Arturo nos dejó en el centro para ver el Cirque du Soleil (habíamos sacado las entradas por internet el día anterior a U$D 115 c/u, pa' los contras que me tratan de machete) Un espectáculo de gran categoría.
Para que no extrañemos al paisito, hoy vimos un tipo limpiando parabrisas en un semáforo. Lo miré 2 veces, porque no podía creerlo.
Un dato interesante de Vancouver: Hicieron un censo de escolares, y les preguntaron si el lenguaje de sus padres era inglés, francés u otro. Más de la mitad contestó que otro. Y el dato no me extrañó, porque en la calle se ven enormidades de asiáticos, en su mayoría chinos. Latinoamericanos hay, pero mucho menos que chinos.
6 de setiembre. Fuimos temprano al centro a levantar el auto alquilado. De paso visitamos a nuestros amigos Carmen y Domenico, que estaban en Vancouver como parte de una excursión. Estaban en el Hyatt Regency, bruto Hotel. Lejísimo del mejor de los que iremos nosotros. Estaban en el desayuno buffet, y de paso, buffetearon algo que fue a parar a nuestros bolsillos para el almuerzo.
Después levantamos el auto. Bruto auto. Un Dodge Caliber, medio deportivo. Por supuesto automático. Tuve que aprender a manejar de vuelta: Primero con el automático, que lo llevo bastante bien. Al arrancar, pongo el pie izquierdo en el freno buscando el embrague, pero después me equivoco muy poco. Pero además podés doblar a la derecha aunque tengas la roja, siempre que no venga nadie. Y en los semáforos, con verde para seguir, podés doblar a la izquierda, también siempre que no venga nadie de frente. Y si no lo hacés el de atrás te toca bocina o te mira con cara rara. Además, hay que respetar los carteles de Pare (mejor dicho los de Stop).
El GPS un lujo. Ni me imagino como hacíamos los antiguos para manejar sin GPS y a veces llegar a destino.
Hicimos más de 400km hasta Kamloops, que es solo una escala de viaje. Gran parte del camino fue muy lindo, por los valles de los Ríos Fraser y Thompson. El primero corre encajonado entre dos montañas. En la parte más angosta, bajamos en un aerocarril hasta el cauce.
7 de setiembre. Viaje de Kamloops a Jasper. Son 450km. En el camino tocaba sacarle fotos al Monte Robson, pero había nubes bajas y casi no se veía. Pasando Jasper, el plan era ver los lagos Medicine y Maligne, y pasear en bote por el segundo. El primero estaba casi vacío, y en vez del espejo de agua, se veía el barro del fondo. Al segundo llegamos 1 minuto después que partía el último bote. El lago está rodeado de montañas nevadas que no se veían por las nubes. Aprovechamos a dar una caminata por el lindo bosque que rodea el lago, bajo una garúa finita. Mientras caminábamos paró la garúa, levantaron las nubes y aparecieron un montón de montañas nevadas, y hasta de a ratos salió el sol. ¡Qué suerte que tuvimos paciencia, y no nos fuimos en seguida! Estaban bien puestas las 3 estrellas de la Michelin. De vuelta a Jasper, pasamos por el Cañón Maligne, un impresionante cañón de más de 50m de alto, con 2 paredes verticales separadas pocos metros, y por el fondo corre un río caudaloso, con varias cascadas. Llegamos a Jasper para alojarnos, y cuando fuimos al súper a comprar la cena y el almuerzo de mañana, descubrimos que el pueblo es una belleza, pero casi no lo vimos, porque se nos hizo la noche.
Tocando botones, descubrí que el auto tiene piloto automático. Lo pongo a una velocidad, suelto el acelerador, y la mantiene solo, acelerando en los repechos, y con el freno del motor haciendo rebajes en las bajadas. Mañana probaré si el piloto automático me permite soltar el volante.
8 de setiembre. Temprano, mientras Cuca desayunaba, salí a caminar por Jasper antes de irnos, porque ayer me quedé con las ganas. Luego fuimos a ver el Hotel Fairmont sobre el lago Beauvert. Arrancamos el viaje hacia Banff. Subimos en auto al Monte Edith Cavell, y luego una caminata en subida para ver un lindo glaciar. Después vimos las cascadas Athabasca, que terminan en un cañón como el que vimos ayer, menos profundo pero más caudaloso. Después vimos las cascadas Sunwapta, y seguimos para el Glaciar Athabasca, que es el más grande de un conjunto de glaciares llamados Campos de Hielo Columbia, que cubren 325 km2. Con vista a varios de esos glaciares, tuve un almuerzo con comida típica Canadiense: Una lata de porotos con jarabe de Maple (El Maple es el árbol nacional del Canadá, y su hoja figura en la bandera) Comida más típica, imposible! A continuación un paseo en Snowcoach, que es una especie de ómnibus adaptado a andar arriba del glaciar. Caminamos un rato arriba del glaciar. Pisé un hielo finito que se rompió, y se me hundió un pie adentro del agua que estaba abajo. Todos los paseos son carísimos. Este salió U$S 100 los 2. Por último, recorrimos los lagos Peyto (color turquesa intenso, también requirió una caminata en subida) y Bow, y el Glaciar Pata de Cuervo.
La vegetación que acompaña a todo lo que conocimos es muy linda, son bosques de pinos de varios colores, parecidos a los arbolitos de navidad. En cuanto a animales, vimos caribús (no sé traducirlos) que son unos bichos con cuernos ramificados, otros parecidos a cabras y montones de ardillas.
Después de 12 horas de salir de Jasper, llegamos a Banff. En 3 días llevo más de 1500km en el auto.
9 de setiembre. Todo el día en Banff y alrededores. Como el tiempo estaba aceptable, decidimos subir a la Montaña Sulfurosa para ver la vista. Se sube en cabinas colgantes para 4 personas. En el medio de la subida, nos metimos en una nube y no se veía nada, pero por suerte al llegar, estábamos arriba de la nube y había muy buena visibilidad. Era una vista espectacular de Banff y de todas las montañas que lo rodean, que son muchas. Cerca de la llegada de las cabinas, había un cerro más alto, con mejor vista. Había que subir 380 escalones. Para no perder el entrenamiento fui, pero Cuca no me acompañó.
Después fuimos a ver el Hotel Fairmont, un enorme y lujoso hotel construído a principio del siglo pasado, por la compañía que llevó el ferrocarril al oeste de Canadá, e inició el desarrollo de esta zona. Seguimos con las cascadas del Río Bow, las canchas de golf del Hotel Fairmont, y luego recorrimos varios lagos que rodean a Banff (Johnson, Two Jacks y Minnewanka) y aprovechamos a hacer caminatas en los bosques que rodean a los lagos. Son muy lindas esas caminatas, rodeado de árboles de navidad gigantes, ardillas, ríos, lagos, montañas arboladas abajo, peladas a media altura y nevadas arriba, murmullo de algún arroyo o caída de agua, etc., resumiendo, mucha naturaleza y poca gente.
De tarde le dimos un descanso al auto, y caminamos por el centro del pueblo y la orilla del río. El pueblo es muy lindo, con construcciones tipo alpinas, decorado con muchas flores. Vimos que en una heladería, había una lista de las 10 mejores del mundo que incluía a Freddo. En muchos paseos se ven unos animales, cuyos machos llevan unos enormes cuernos, como muchos machos de otra especie muy conocida. La diferencia es que estos cuernos tienen como un tronco y ramas que salen del tronco. No pude descubrir si se llaman Elk o Caribou, pero ambos son de la familia de los ciervos. Se ven carteles por todos lados anunciando que hay osos, que tengamos cuidado, pero hasta ahora solo hemos visto muñecos que representan osos.
10 de setiembre.
Fuimos por el día a la zona de Lake Louise. Vimos el Cañón Johnston, el lago Moraine y el lago Louise. El lago Moraine es la foto de tapa de la guía Lonely Planet, y el lago Louise es la foto de tapa de la guía Michelín. O sea que en un día visitamos los 2 lugares top de todo Canadá, según las 2 principales guías turísticas. Y por suerte el tiempo acompañó. Y en cada uno de los lugares hicimos lindísimas caminatas, totalizando 9 km en el día.
11 de setiembre.
Dejamos Banff rumbo a Revelstoke. Vimos un túnel en espiral, que consiste en un túnel del ferrocarril que para subir una montaña, se mete adentro de la montaña y sale de ella en un lugar cercano, pero más alto, después de recorrer un trayecto en subida. Luego vimos la cascada Takakkaw, con 250m de caída de agua. Después un puente natural, y por último el lago Esmeralda, un lago tan lindo como los de ayer (los de las fotos), pero con el agua más verdosa. Llegamos y empezó a llover, comimos adentro del auto y mientras tanto salió el sol y pudimos disfrutarlo.
Todo lo anterior, dentro del Parque Nacional Yoho. Para variar, en todos hicimos alguna caminata por lindos senderos. Terminamos el día con otra caminata por un bosque de cedros, para llegar luego a destino.
En todo Canadá hay enormidades de casas rodantes. En general son un camioncito de 3 a 5 toneladas, que sobre el chasis montan la casita, que incluso pasa arriba de la cabina. También las hay para ser remolcadas por una camioneta, ya sea como quinta rueda, o con enganche. Y las más grandes son por afuera como un ómnibus interdepartamental, y la casa rodante lleva de remolque una camioneta, para los mandados.
12 de setiembre.
Viaje de Revelstoke a Princeton. Dejamos atrás los Parques Nacionales de Las Rocosas (The Rockies), y el paisaje cambia para peor. Es un día de muchos km y pocas visitas. Recorrimos la región Monashee, el Lago Kalamalka y el Valle y Lago Okanagan. Al final, quisimos conocer un laguito de 1 estrella, y nos metimos por unos caminos secundarios que no estaban en el mapa. Cuca estaba muy asustada, y Hugo pensaba "Donde carajo estamos?". Entonces pusimos en el GPS la dirección del hotel siguiente, y nos devolvió a la civilización. Princeton no tiene interés turístico.
13 de setiembre.
Viaje de Princeton a Victoria. Al igual que ayer, es un viaje de muchos km, sin nada de interés en el camino. El viaje fue casi todo el tiempo bajo lluvia, e incluyó más de 40km en Ferry, de Vancouver a Victoria.
En Victoria salió el sol, y aprovechamos a hacer un recorrido hasta la puesta del sol por los barrios pitucos, sobre la costa, con casas y jardines muy lindos. Las guías definen el paseo como "scenic drive", con 2 estrellas.
14 de setiembre.
Empezamos el día con lo más visitado de Victoria y alrededores: Los Jardines Butchart. El viejo Butchart tenía una cantera de caliza para hacer portland. Cuando murió, a principios del siglo pasado, la vieja Butchart pensó que la cantera era fea y la transformó en un enorme jardín. Hoy la cuidan 50 jardineros y la mantienen llena de flores todo el año. Es tan linda que no sé describirla. En pocos días publicaré fotos, pero lo que se ve no cabe en fotos.
A continuación fuimos a un mariposario. En un enorme ambiente cerrado, tipo invernáculo, caldeado y humedecido artificialmente, tienen más de 3000 mariposas de distintos colores volando libremente entre plantas tropicales, aves, peces en estanques, y los visitantes como nosotros. A Cuca no le gustaba cuando le volaban muy cerca.
De tarde salimos en el auto a recorrer otra parte de la costa. Se supone que no era la zona tan high como ayer, paro las casas y jardines eran muy lindos. Los paisajes no los vimos, porque a pesar que era un día soleado muy lindo, cuando nos acercábamos a menos de 50m de la costa, había una neblina que no dejaba ver nada. Tanto insistimos, que al final encontramos un precioso puertito de pescadores, en un lindo entorno, sin neblina, con focas y gaviotas que esperaban por el que limpiaba el pescado.
Nos gustaron tanto los Jardines Butchart que volvimos de noche (por supuesto servía la entrada anterior, porque no iba a pagar 2 veces U$D 62!). Estaban bien iluminados y se disfrutaban tanto o más que de día, porque casi no había gente, y se apreciaba el silencio, y el murmullo de algunos cursos de agua y algunas fuentes.
Este hotel, al igual que el anterior, tiene 2 camas matrimoniales en la habitación. Como somos unos viejos aburridos, no hemos encontrado mejor utilidad que apoyar las valijas en la segunda cama, aunque sospechamos que, con más imaginación que nosotros, las 2 camas deben tener alguna utilidad más divertida. ¿Será que 2 somos pocos?
15 de setiembre.
Dedicamos el día al centro de Victoria. Le dimos descanso al auto y fuimos en ómnibus. La ciudad es muy linda, prolija y florida. Se destaca la zona donde confluyen la bahía, el Hotel Fairmont y el Parlamento (es la capital de British Columbia). Todo lo anterior con sol, y cuando empezó la garúa, comimos y fuimos al Museo Real de British Columbia, sobre la historia natural y humana de la provincia. Según la guía, en uno de los museos top del mundo. Tiene una excelente presentación de todos los temas, Lástima que Cuca quiso ir, además, (y yo tuve que acompañarla) a un tour "por atrás del escenario" de 30 minutos, con un gringo hablando pavadas, de las cuales yo entendía un 10%, porque mi inglés es malo, y en Norte América hablan con una papa adentro de la boca.
16 de setiembre.
Madrugamos para tomar el 1er Ferry, para seguir al aeropuerto, devolver el auto e ir a Toronto, con el tiempo muy justo. Yendo al Ferry, casi chocamos de frente, doblando a la izquierda en un semáforo. Acá se puede, mirando con cuidado. Yo miré, pero no lo vi, y Cuca tampoco. Anduvimos tan cerca que Cuca no creía que no hubiéramos chocado y se bajó a mirar el frente de nuestro auto. Pero no pasó nada.
YA ESTÁN LAS 243 FOTOS CORRESPONDIENTES AL OESTE DE CANADÁ EN www.picasaweb.google.com/hugocuca
ESTE ES EL FINAL DEL CAPÍTULO CANADÁ OESTE. MÁS ABAJO SIGUE CANADÁ ESTE.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Queridos Cuca y Hugo, nos alegramos que estén pasando tan bien y conociendo lugares tan lindos. ¡Qué sigan disfrutando mucho ese viaje tan lindo! Abrazos de Etda y Antonio

Unknown dijo...

Me alegro porque veo que están disfrutando mucho y que Hugo mantiene sus rasgos mas típicos que lo hacen un tipo único ,excelentemente acompañado-con gran paciencia y a veces susto-por Cuca.
Sigo los comentarios con gran interés.
Un abrazo,
Ramón.