viernes, 1 de abril de 2011

DIA A DIA EN JAPON 2011

Vietnam y Camboya están más abajo.










Todas las fotos del viaje están en www.picasaweb.google.com/cucayhugo




1 de abril

Llegamos al país del sol naciente, de los terremotos y de los tsunamis y de la radioactividad.

El avión venía completo. Quiere decir que no soy el único loco que viene a Tokio. Trenes del aeropuerto a Tokio dicen que hay menos, pero conseguimos sin problema.

Es dificil orientarse, porque sólo las avenidas tienen nombre, y las casas no tienen número. Pero teníamos una descripción del camino al hotel como para nene chico y llegamos sin problema.

Bajamos 20º la temperatura media. Bajamos varias estrellas en los hoteles. Pero estoy feliz porque ningún maletero me saca la valija para llevarmela. Pasamos del subdesarrollo al primer mundo. Las piezas y el baño son minúsculos (baño 1x1,4x1,9 de alto), y eso que había contratado otra más chica que la que tengo. Pero está bien, si uno viene a Japón es para vivir como los japoneses, y a los japoneses no les sobra el espacio.

Paseamos por el barrio Asakusa, que está cerca del hotel, y fuimos al templo Sensoji. Se ve menos movimiento por la calle que otras veces. Muy pocos con cara de occidental. Se ven muchas mujeres de minifalda, mostrando que la mayoría de las japonesas son chuecas. Para peor, andan con tacos muy altos, y no saben usarlos, y más se le enchuequean las piernas. Hay un porcentaje mayor que antes con la boca tapada. No se si es que están resfriados por el frío, o por miedo a la radioactividad. En el supermercado puede que falte algún producto, pero hay muchos otros. Siempre algo se consigue. Por las dudas, a una cuadra del hotel hay un MacDonalds que ya estrenamos, por lo tanto, de hambre no moriremos.


2 de abril

Sacamos un abono de metro por el día, y lo aprovechamos al máximo en Tokio. Empezamos por Rikugien, un jardín japonés. Y de entrada vemos un enorme cerezo en flor, y cerca de 100 japoneses (no exagero) sacándole fotos. Como en todo jardín japonés, hay rocas, agua, puentes, etc. En uno de los puentes, en ambos extremos, había tipos vestidos como de milico. No nos dimos cuenta qué hacían. Al rato, cuando entró más gente al jardín, entendí. Eran baritas, que cortaban el tránsito peatonal en un sentido mientras transitaban peatones en el otro sentido. Después fuimos al barrio Shinjuku y empezamos a ver la cantidad de gente por la calle que es normal para un sábado en Tokio. Paseamos por la zona de los rascacielos y grandes hoteles. Después al parque Shinjuku Gyoen, recomendado por los cerezos en flor. Había pocos ya florecidos. Pero impresionante la cantidad de japoneses, que para festejar el comuenzo de los cerezos en flor, el día soleado y agradable, y que era sábado, se fueron al parque, tendieron una lona azul y se sientaron a conversar, comer y chupar. El parque era grande. Tal vez había 100.000 personas.

Como había pocos cerezos en flor, fuimos Juan Alicia y yo a Ueno, otro parque con muchos cerezos. Cuca estaba cansada y resfriada, y se fue a dormir la siesta. En Ueno, los cerezos estaban bastante más florecidos, había tanta o más gente que en el otro parque. Muchos caminando. Pero los que estaban sobre la lona azul, al haber avanzado la tarde, ya estaban mucho más alegres debido a las botellas vacías que se veían, aunque algunos se pasaron y estaban dormidos arriba de la lona. Con el calorcito, los cerezos y la bebida, se olvidaron de Fukushima.

Mientras nosotros 3 seguimos paseando, Cuca sintió un terremotito. dice que se movió la valija. Pero dice que no se asustó, porque estábamos avisados que a los chicos no hay que darles pelota. Si viene uno grande suena una sirena. Por las dudas se vistió para salir rápido si sonaba la sirena. Nosotros 3 ni nos enteramos del terremoto.

Seguimos paseando, y fuimos al barrio Ginza, (el centro, la zona repituca, de las grandes tiendas por secciones). Los sábados de tarde la hacen peatonal. También estaba repleta de gente, pero con un promedio de edad bastante mayor al de los parques. Había precios de vidriera que asustan como un conjuto para mujer a más de $ urug 30.000.

Después fuimos a Chidorigafuchi, en Kitanomaru Park. Había unos lindos cerezos en el foso que rodeaba a un antiguo castillo de la época que Tokio se llamaba Edo. Los vimos al atardecer, pero la guía decía que los iluminaban de noche y no fue así, posiblemente por las restricciones energéticas.

Hicimos un montón de viajes en subte. En ellos, observaba a los japoneses. La gran mayoría está pendiente de un aparatito que hace montones de cosas además de hablar por teléfono. No pude descubrir que hacen, pero nunca los usan para hablar. Otra cosa que hacen en el subte es dormir. Se los ve cabeceando, a veces frente al diario abierto, otras frente al aparatito encendido. Cuca le preguntó a uno por la calle donde quedaba una estación de subte. Nos dijo que era dificil de explicar y nos acompañó como 3 cuadras hasta llegar. Se pasan de amables. Se ven muchos japoneses andando en bici por la vereda. En veredas angostas, molestan un poco. Una japonesa iba con sus 3 hijos en una sola bici.


3 de abril

Excursión de todo el día a Nikko.

Brrrrrr ¡Qué frío que hacía! Dicen que la máxima era de 4º. En muchos lugares a la sombra se veía nieve acumulada. por suerte había sol. Es que está bastante alto y hace más frío que en Tokio. Por suerte miré el pronóstico del tiempo para Nikko antes de salir y fuimos prevenidos. El tren de ida tenía calientaculos, lo que hizo el viaje más agradable.

Tiene una zona de templos, que están sobre una colina llena de enormes árboles. Lo más lindo de Nikko me resultó la armonía de los templos con el entorno. Después de subir muchos repechos y escalones, estuvimos en Rinnoji, Toshogu, Futarasan y Taiyuinbyo. Vimos muy poca gente, y eso que la guía alerta sobre las multitudes que van los domingos. Debe ser porque hay muy pocos extranjeros por esta zona, porque los japoneses están entretenidos con los cerezos, y por el miedo a Fukushima. Nikko está a 142km de Fukushima, pero por suerte no hubo ninguna nueva explosión en las 5 horas que allí estuvimos. Y por suerte había poca gente, porque es la mejor forma de disfrutar templos y naturaleza.

Son fanáticos de las reverencias, inclinandose hacia adelante de la cintura para arriba. La dueña del local donde almorzamos, cuando nos ibamos, nos hizo como 10. Cuca quiso retribuirle y casi la da un cabezazo a Alicia. En el tren, cuando el inspector o una vendedora van a pasar al vagón de adelante, antes de hacerlo, se dan vuelta para mirar a los pasajeros, les hacen la reverencia, y luego siguen hacia adelante.

Dentro de la pieza del hotel, si coordinamos los movimientos, podemos funcionar en espacios reducidos. Pero no podemos movernos en la pieza los 2 a la vez. La pieza es un rectángulo+un corredor+una mesita chica. En el rectángulo está la cama y sobran 50cm a los pies, y 60cm a un costado.

Hasta ahora no hemos sufrido ninguno de los apagones anunciados, la falta de comida no se nota y el transporte por la zona, si bien dicen que no es normal, es más que suficiente. El único pequeño inconveniente, fue que a la ida, aunque funcionaba el tren bala, no lo sabíamos y tomamos uno que demoró 30 minutos más.


4 de abril

Hoy tocaba ir a Matsushima, 20 km al norte de Sendai, por donde entró el tsunami. Pero hubo cambio de programa, y adelantamos la ida a Kamakura. Mañana iremos directo de Tokio a Okayama, sin pasar por Kamakura.

Al ir del hotel a la estación, vimos las enormidades de gente yendo a trabajar que son normales en Tokio. No hay duda que Tokio recuperó su ritmo luego del terremoto. En el tren viajamos como sardina en lata.

Comenzamos con 2 templos Zen: Engakuji y Kenchoji. Muy prolijos y lindos ambos. En laderas de montaña y rodeados de vegetación incluyendo cerezos en flor. Luego vimos el principal templo Budista de Kamakura, llamado Tsurugaoka Hachimangu. En muchos templos se observa a los japoneses practicando religión, y se ven monjes en celebraciones extrañas para nosotros.

Luego caminata por la peatonal de Kamakura, donde comimos eligiendo la comida por dibujitos. Lo bueno fue que el menú tenía dibujado al lado de cada comida, como si fueran estrellas de la guía Michelin, 0, 1, 2 ó 3 ají puta parió. ¿se imaginan cuántos tenían las comidas que elegimos?

Después fuimos al templo Hasedera que tiene una estatua de madera de la diosa Canon de 9 m de alto, y luego al templo Daibutsu, que tiene un Buda de bronce hueco, a la intemperie desde que un tsunami en el siglo 15 derribó la construcción que lo cubría. Es del 1252 y mide 13 m de alto.

El hotel es bárbaro. A pesar de sus minipiezas, tiene cocina equipada completa, comedor, lavaropa, secarropa, todo a disposición de los huéspedes, lo que nos permite importantes ahorros. En todo el viaje por Vietnam y Camboya, cuando pedía tallarines, me traían un plato grande con poca comida. Hoy Juan y yo compramos tallarines crudos en el super, los hicimos en el hotel, y comimos hasta reventar.

El primer día comenté que vimos desabastecimiento en un supermercado. Luego no vimos más ningún problema. Hoy volvimos al mismo supermercado y vimos más desabastecimiento. Después descubrimos que todo valía 105 yenes (25 pesos uruguayos). No sé la razón, pero eso explica lo de las góndolas vacías.


5 de abril

Salimos de Tokio, y en 4 horas de tren bala terminamos a 700km de Fukushima, lejos de los apagones, la radioactividad, la falta de trenes y el desabastecimiento que no sufrimos en Tokio. En la pasada, vimos el espectacular Fujiyama.

Estamos en Okayama, una ciudad muy moderna y agradable. Caminamos por una calle con un canal al medio y muchas flores, y luego bordeando el río, con muchos cerezos en flor y gente comiendo y chupando cerca de ellos, sobre una lona azul, como en Tokio. Es el Sakura, o la fiesta de floración de los cerezos, que indica el comienzo de la primavera.

No estamos en un hotel, sino en un Ryokan, que es un hotel estilo japonés. El piso es de tatami (esterilla) y hay que estar descalzo. El único amoblamiento de la pieza es una mesa ratona, sin sillas. Hay unos futones (colchones) doblados, que a la hora de dormir tiraremos en el piso, pero durante el día nos sobra lugar. El baño es bastante más cómodo que el de Tokio. El WC merece un capítulo aparte. Hasta control remoto tiene. Lástima que tenga las instrucciones en japonés. Juan y Alicia estuvieron investigando, y descubrieron que un botón que tiene dibujado un culo, tira agua caliente ahí mismo. Otro que tiene dibujada unacara de mujer, tira agua caliente un poco más adelante. No sé porqué tiene una cara, si no es para lavarse la cara. Espero que Juan no lo haya probado. Un tercer botón descubrieron que apaga los 2 chorros anteriores. Pero tiene 7 botones más y 11 lucecitas de colores que aún no sabemos pa que sirven. Además se calienta cuando uno se sienta. Se ampliará (si descubrimos algo nuevo)


6 de abril

De mañana fuimos al jardín Korakuen, en Okayama, que según la tradición japonesa, es uno de los 3 jardines más lindos de Japón. Los japoneses son expertos en jardines. Los cuidan mucho, tanto, que exageran. Resulta que en los jardines siempre hay agua y piedra. En este, había unos canales con fondo de canto rodado. Al canto rodado se le había adherido como algas o musgo. Vimos 4 tipos, con botas hasta arriba de las rodillas adentro del canal, pasando unas escobas con fuerza sobre los cantos rodados para limpiarlos. El jardín era lindo, realzado por los cerezos en flor.

De tarde fuimos a un pueblo llamado Kurashiki. Hasta hace 150 años era un puerto que almacenaba y distribuía arroz. Tenía grandes almacenes sobre unos canales, donde depositaban el arroz, para luego transportarlo por los canales. Hoy remodelaron todo, por los canales hay góndolas y cisnes, y están rodeados de árboles, incluyendo cerezos. Un paseo muy agradable. También son lindas las calles de los alrededores.

El tiempo ayudó para los 2 paseos del día. Aprovechando el buen tiempo, muchas parejas de novios fueron a ambos lugares a fotografiarse, con sus ropas típicas. Los hombres quedan ridículos. Las mujeres usan unos kimonos que cuestan U$D 20.000, pero en la mayoría de los casos los alquilan.

Referente a nuestra experiencia en el Ryokan, como soy más largo que el japonés medio, tuve problemas con el largo de lo que me tapaba. Si me tapaba el pescuezo, se me enfriaban los pies. Esta noche espero solucionarlo. Respecto al WC, no hicimos ningún avance. Se ve que estamos viejos para tanta modernidad. La falta de silla la suplimos con una papelera de plástico dada vuelta que usamos de banquito. La almohada es durísima, chica y muy pesada. Está rellena con algunos granos (arroz, arena?)


7 de abril

Japón es un archipiélago. Su isla más conocida, grande y visitada es Honshu. Hoy dedicamos el día a otra isla llamada Shikoku. Desde 1986 se accede cruzando bruto puente. Empezamos por la ciudad de Takamatsu, donde visitamos el jardín Ritsurin Koen. No está entre los 3 más lindos de Japón, pero debería estarlo. Es muy lindo, y los cerezos realzan su belleza.

Un japonés se enteró que había en el jardín 4 "no japoneses", nos buscó y nos encontró cuando salíamos. Es un jubilado que se entretiene como guía de extranjeros en el jardín. Trabaja gratis. Cuando le dijimos que éramos uruguayos se puso contentísimo, nos empezó a hablar en español, y no nos dejaba ir porque quería practicar español con nosotros. Nos dijo que los japoneses no tienen ningún miedo a la radioactividad, y que le creen al gobierno lo que informa al respecto. Cuando logramos zafar de él, estábamos por cruzar una calle para ir a tomar un tren que nos llevaría a la estación central de Takamatsu. Observamos un auto que se detiene donde no debe. Todos los que venían atrás le tocan bocina. Pensamos: "parece un uruguayo". En eso vemos que se baja del auto el japonés, para decirnos que nos lleva a la estación. Quería seguir hablando español.

Después fuimos a Kotohira, famosa por el templo Kompirasan. Resulta que para llegar hay que subir 785 escalones. Ofrecen subir gente en palanquín por 80 dólares. Cuca no quiso gastar, subió los primeros 100 escalones por una calle comercial y abandonó. El camino de subida es precioso, rodeado de cerezos en flor, blancos y rosados, cuyas ramas se unen por arriba del camino. Hay varios templos más por el camino. Alicia llegó a los 600 escalones y abandonó. Juan y yo hicimos los 785, pero no hicimos los 583 escalones adicionales hasta llegar a otro templo interior, porque las damas se iban a impacientar mientras nos esperaban.

Estamos en época de elecciones locales. Se ven muchos vehículos con altoparlantes a todo lo que da haciendo propaganda, y se ven algunos afiches en la paredes con las caras de los candidatos.

Vimos a un conjunto de obreros de la construcción, con el casco puesto, haciendo gimnasia. No entendimos nada.


8 de abril

41 minutos de tren bala de Okayama a Hiroshima, guardamos las valijas en armarios operados por moneditas, y 6 minutos de tren a la fábrica de autos Mazda, donde teníamos hora reservada para una visita guiada del museo y la fábrica. La fábrica no la pudimos visitar por culpa del terremoto. No entendimos porqué, pero es la segunda cosa negativa de nuestro viaje como consecuencia del terremoto (la 1era fue la cancelación de la ida a Matsushima, cerca de Sendai). Es enorme. tiene un servicio de ómnibus interno con 33 paradas, tiene un puerto propio, tiene un puente de 500m de largo sobre un río que pasa por adentro de la fábrica, tiene un templo, tiene cerezos en flor, etc. El primer auto lo hicieron en 1960 y parecía ordinariazo. Desarrollaron un motor rotatorio sin cilindros, que en el 91 ganó las 24 horas de Le Mans. Ahora lo están desarrollando para que funcione con hidrógeno.

Volvimos a la estación central, comimos y luego demoramos más de 41 minutos en encontrar el armario con nuestras valijas. Para lograrlo, caminamos la estación para arriba y para abajo, por los 4 costados. Dejamos las valijas en el hotel, y fuimos al museo de la bomba. Está en un entorno muy agradable, y adentro están muy bien presentadas todas las atrocidades de la bomba atómica que tiró EEUU el 6/8/45. La bomba explotó por control remoto en el aire, a 600m de altura, y mató a más de 140.000 personas. Se sale de ahí muy impresionado.

Volvimos al hotel a tomar la pieza, con la intriga de ver como era, ya que es el más barato que contraté en Japón, 75 U$D/día, una ganga para Japón. La pieza es la más grande hasta ahora, limpio, parece nuevo, con wifi en la pieza, con microondas y facilidades para cocinar en lugares comunes. El defecto es que las toallas hay que pagarlas aparte, pero igual es muy barato. Además el WC tiene todo lo que tenía el anterior, más cisterna automática. Y tiene instrucciones en inglés. Describo los botones:1) Stops the shower washing and bidet washing 2) Alters the mode from shower washing to wide washing 3) Exclusive for women (tiene dibujo de mujer) Alters the mode from bidet washing to wide washing to super wide bidet washing (espero que alguna mujer pruebe esto último y me cuente) 4 - y 5+) Asjusts the shower strength during the shower or bidet washing 6 y 7) Nozzle Position. Adjusts the washing position in front-back direction (5 positions, initial, 2 front and 2 rear) 8) Power 9 y 10)Flush((full/ partial) when using the toilet. Tiene instrucciones para secado, desodorizador y masajes, pero este modelo no tiene los botones. Lo que no tiene son las lucecitas que tenía el otro. Sres lectores del blog: Saquen sus conclusiones y me las explican. El uso de la ducha fue otra aventura. Tiene 2 perillas. Giro una y sube o baja temperatura. La otra no la entiendo. Después descubro que la apreto para adentro y sale agua con mucha fuerza. Quiero bajarle la fuerza o apagarla. Pruebo todos los movimientos posibles y nada. Ya estaba por gritarle a Cuca que vaya a la recepción y averigüe, cuando se corta sola. Se ve que prende un rato y tiene un timer que lo apaga para que ahorres mientras te enjabonás. Después la tenés que prender de nuevo todas las veces que necesites.

Todos los empleados japoneses tienen una vocación de servico que llama la atención. No importa que sean públicos o privados, se desesperan por atender bien a los usuarios del servicio que brindan, y hasta exageran en agradecernos por usar cualquier servicio. Uruguay debería importar japoneses para que trabajen de empleados públicos.

9 de abril

Viaje de poco más de medio día a Miyajima. Es uno de los 3 sitios más fotografiados de Japón. Llegamos en poco más de 1 hora de tranvía+tren+ferry. Mientras caminamos se nos acercan unos bambis que me querían comer mi desayuno de chocolate. Subimos a una montaña en cabinas colgadas de un cable, para llegar a un lugar con buena vista. De la misma forma que yo elegí a los bambis para sacarle fotos, porque los consideraba bichos raros, una japonesas jóvenes eligieron a Juan y a mi para compartir una foto. No hablaban inglés, pero se mataban de risa de nosotros. Bajamos, y ya con la marea alta, vimos al templo principal que parece que flota en el agua, con su Torii (pórtico japonés naranja que anuncia templo) en medio del agua. Y en ese mismo templo, asistimos a una ceremonia de casamiento muy rara para nosotros.

De vuelta a Hiroshima, fuimos al Jardín Shukkeien, chico pero muy lindo por sus paisajes y sus cerezos multicolores.

Volvimos luego (sin Cuca) al Peace Memorial Park, esta vez no para ver el museo, sino el parque y el único resto de edificio de 1945, ya que ayer llovía y hoy estaba lindo.


10 de abril

De Hiroshima a Kyoto en tren bala, dejamos valijas en Kyoto, en tren a Osaka, todo el día en Osaka y de noche de vuelta a Kyoto.

Empezamos por el Parque Kema Sakuranomiya, que bordea el río Okawa por varios kilómetros, con 5000 cerezos en flor. Los cerezos ya están en su plenitud. En Tokio les faltaban algunos brotes. Para los japoneses, es como la fiesta de la primavera. Tal como vimos en Tokio, se ven grandes grupos sentados sobre lonas azules, comiendo y chupando. Y muchísima gente caminando por todos lados. Vimos 3 peruanos con ropas típicas, tocando música peruana para hacerse unos yenes.

Seguimos por el Castillo de Osaka, que es muy lindo de afuera. No entramos, porque había una cola enorme. Entre el parque que rodea al castillo, y el primer parque que vimos, debía haber cientos de miles de personas.

Terminamos en el acuario de Osaka, que tiene el tanque de agua de un acuario más grande del mundo, con un tiburón ballena adentro. Está tan bien presentado que hasta me parecieron lindas las aguavivas.

En los trenes y metros de Osaka, hay un vagón que dice que es exclusivo para mujeres, pero se ve algún hombre en ellos. ¿?

He sido muy criticado por hacer coincidir mi viaje con la época de floración de los cerezos. Se ha dicho que merezco un "De Más". Japón es precioso. Por algo es la 3era vez que venimos. Pero en esta época todo luce mucho más. Hasta las japonesas parecen más lindas a pesar de su chuequés.

3er WC con control remoto en 4 hoteles.


11 de abril

Empezamos el día visitando el Pabellón de Plata (Ginkakuji), una templo zen, que fue construído como villa de retiro de un shogún. Iba a revestirlo de plata, pero nunca lo hizo. Está en la ladera de una montaña y tiene lindos jardines de musgo muy cuidados.

Seguimos con 2km de caminata por el Sendero de los Filósosfos, un sendero bordeando un canal de agua transparente, lleno de cerezos en flor. Hace 3,5 años lo recorrimos en otoño y era lindo, pero ahora lucía mucho más. Ya estamos al final de la época de floración, y es lindo ver volar con el viento los pétalos que van perdiendo las flores.

1km más de caminata y llegamos al templo Heian. Es un templo más, con mucho color naranja como todos. Al costado tiene un jardín muy lindo, con muchos cerezos rosados, que lo diferencian de los jardines vistos hasta ahora. Otra vez vimos un casamiento en el templo.

En ómnibus al templo Kiyumisudera, uno de los más celebrados de Japón. Está alto, en la ladera de una montaña que tiene muchos cerezos más abajo del templo. Parece como que el templo flota sobre ellos. Tiene una cascada, de la cual los japoneses toman agua mientras piden un deseo. Cuca tomó, pero no me contó qué pidió.

Luego 2k más de caminata por el distrito Higashiyama, que es el Kyoto antíguo, de calles angostas, casas de madera bien conservadas, y muchos negocios. Llegamos luego al Parque Maruyama, que es el más popular lugar de reunión de Kyoto en esta época. Pasamos por el templo Yasaka, Cuca se tomó un ómnibus al hotel, y los otros 3 seguimos para el barrio Gion, el de las Geishas. Creo que vimos montones. Eran mujeres jóvenes, con coloridos kimonos, con una especie de faja por afuera del kimono, con un peinado muy voluminoso, con suecos, y con la cara y la parte de la espalda que se les veía pintada de blanco. Se las veía solas, caminando muy apuradas, intentando correr con dificultad por los suecos y por los kimonos largos y ajustados abajo. Muy lindas las casitas de madera, muchas cubiertas por esteras, linda también la zona que tiene un canal. Los resaurantes de la zona tienen precios carísimos. Algunos cerca de $10.000 una comida. ¿tendrán incluídos los servicios de alguna geisha?

Todos los lugares que recorrimos hoy estaban llenos de gente. Y era un día laborable. No entendimos la razón, porque turistas parece haber pocos, aunque en esta zona hay más que en otras. Y hace días que venimos comprobando que la imagen del japonés adherido a una máquina de fotos es válida también dentro de Japón.

Los 3 viajes que hicimos en ómnibus los hicimos como sardina en lata, como hace varias décadas que no se ve en Montevideo. En esta ciudad es la primera de Japón en que es lento y complicado moverse de un lugar a otro. Los choferes van de guante blanco. Cada luz roja apagan el motor.


12 de abril

Empezamos el día en Kinkakuji, el pabellón dorado, el único lugar de Japón que reiteramos en los 3 viajes. Es un templo zen, con los 2 pisos superiores cubiertos de oro. La foto del templo y su reflejo en el lago es una de las más conocidas de Japón. Era la villa de retiro de un shogún (el abuelo del del pabellón plateado que visitamos ayer).

Después fuimos al castillo de Nijo, residencia de un shogún del 1600 y pico. Construcciones de madera, sobrias, oscuras, con mucho menos decoraciones que sus similares europeas. Tiene murallas de piedra, foso y lindos jardines.

De tarde fuimos a Sanjusangendo, templo reconstruído en 1266, conocido por albergar 1001 estatuas de madera de la diosa Kannon, cada una con 40 brazos y un montón de cabezas. 1000 son de 1.65m de alto y 1 es enorme.

Respecto al barrio de las geishas mencionado ayer, debo hacer algunas aclaraciones, gracias a las aclaraciones que por mail me hizo mi amigo Ricardo, que vivió 15 años en Japón: 1) Las carapintadas que vimos por las calles no eran geishas, sino Maikos, que son aprendices de geishas. 2) Una cena en esta zona puede andar por 2.500 $ urug. y una taberna con geishas y menú de varios pasos anda alrededor de 10.000 pesos uruguayos.

Hoy de noche volvimos al barrio de las geishas (Gion). De noche es muy colorido. La zona cercana al canal con cerezos iluminados y restaurantes muy concurridos. Del otro lado de la calle Shijo, los restaurantes son mucho más exclusivos, no se ve para adentro, y algunos nos dimos cuenta que eran restaurantes porque justo salían clientes y los acompañó el chef con gorro hasta afuera para darles las gracias. También vimos 2 maikos recorrer apuradas varias cuadras para entrar en una de esas casas que de afuera no se sabe qué son. Se ve que algún cliente requirió sus servicios y las llamaron. Una especie de Delivery de Maikos. No sé si iban rápido porque llegaban tarde o disparando de los paparazzi.

Siguendo a un conjunto grande de jóvenes que caminaban apurados con bolsas de comida, entramos de nuevo al parque Maruyama, atravezando el templo Yasaka. Eran las 21hs de un martes, yo estaba con 2 pulloveres. Nos sorprendió la enormidad de gente sentada en el piso sobre lonas verdes, abajo de cerezos iluminados, comiendo lo que trajeron en sus bolsas (vi hasta bolsas de Mac Donald's) o lo que compraban a vendedores ambulantes. La mayoría jovenes, muy animados, algunos de corbata. Notamos el contraste entre tanta informalidad y bullicio, con la formalidad y la tradición del barrio de las geishas a pocas cuadras de distancia.

Hoy viajamos en los ómnibus más cómodos que ayer. Una persona con silla de ruedas quiso subir al ómnibus. El chofer detuvo el ómnibus, se bajó, colocó un rampa entre el piso del ómnibus y la calle, condujo la silla de ruedas hasta arriba del ómnibus, nos hizo señas para que dejáramos libres nuestros asientos, los levantó, y en su lugar aseguró la silla de ruedas.


13 de abril

Visita por el día a Nara. Dentro de Nara nos concentramos en las atracciones dentro del parque Nara, que, al igual que Miyajima, tiene muchos ciervos sueltos. Visitamos el Templo Todaiji. Es la mayor construcción de madera del mundo, a pasar que la reconstrucción de 1692 la redujo a 2/3 del tamaño que tenía en el 752. Tiene al Buda de bronce más grande de Japón. Una atracción del templo es que uno de los pilares tiene un orificio igual al orificio nasal de Buda. Se dice que quienes pueden pasar de un lado a otro del pilar a través del orificio, serán iluminados en su próxima reencarnación. Los que no pueden pasar, simplemente son gordos. De nosotros cuatro, tres gordos pasarán a oscuras su futura reencarnación. Adivinen quien fue el único flaco que pasó.

Vimos además el templo Nigatsudo, que tiene linda vista por estar alto, y el jardín Isuien, que sin ser feo, dista mucho de otros jardines que vimos en Japón.

Nos alejamos 12km de Nara y fuimos a Horyuji, cuyo templo del mismo nombre contiene las estructuras de madera más viejas del mundo, ya que son originales del siglo 7.

Volvimos a Nara y a Kyoto, y de noche fuimos a ver al castillo Nijo iluminado. De noche lo abren al público sólo en la época de floración de los cerezos. Vimos linda iluminación de cerezos, del foso, del frente del Palacio Ninomaru, pero no vimos al castillo iluminado como anunciaban. También hay japoneses chantas.


14 de abril

Hoy dedicamos el día a visitar el Monte Koya (pueblo de Koyasan). Situado a casi 1000m de altura, es el centro del Budismo Shingon introducido en Japón por Kobo Daishi en el 805. Lo más interesante que vimos fue el mausoleo de Kobo Daishi (templo Okunoin). Luego de 3 horas, tomando 2 trenes con el Japan Rail Pass, un tren privado, un vehículo tirado por un cable y un ómnibus, llegamos a donde se comienza a caminar en subida. Para salvarse, todos quieren estar enterrados cerca del Kobo Daishi. Entonces todo el camino está lleno con más de 200.000 tumbas de varios cientos de años, bajo un bosque de enormes árboles. Una caminata muy agradable. Antes del Mausoleo, se encuentra el Hall Torodo, que tiene 10.000 linternas y 50.000 pequeñas estatuas. Luego llegamos al Mausoleo. En ambos vimos extraños rituales religiosos. En el Hall, un monje cantando música aburridísima. En el Mausoleo, varios grupos de peregrinos cantando, cada grupo con su lider, canciones aburridas que leían de un libro. Debían ser como 100 peregrinos y 5 curiosos (nosotros 4 y una mujer occidental). Todos los rituales empiezan tirando monedas. Me llama la atención pensar que estos ritos tan primitivos los veo en el país más adelantado del mundo, donde hasta los WC tienen control remoto. En un lugar del camino hay una piedra grande dentro de una caja. Se dice que los que pueden levantarla y dejarla en un estante más elevado, es porque no le pesan tanto los pecados que llevan encima. Juan y yo pudimos, porque somos unos santos. Alicia no se animó a probar. Ella sabrá porqué. Y a Cuca le pesaron tanto sus pecados, que la piedra se le cayó encima de la mano y le apretó un dedo.

Después vimos 2 templos más en Koyasan: Kongobuji y Garan, este último con una gran pagoda naranja, y comenzamos el retorno. Y como la ida había sido complicada, a Cuca se le ocurrió complicarla un poco más, para hacer un recorrido un poco más corto en la línea privada y ahorrar $ urug 100 por persona. Demoramos casi 4 horas y media.

Los paisajes cerca de Koyasan son distintos a los que veíamos en el resto de Japón. Como es una zona montañosa y boscosa, se ven grandes recorridos sin ver casas. Los paisajes son muy lindos. En la parte alta ya no se ven cerezos. En los viajes en tren sigo intrigado con los japoneses que se pasan todo el viaje tocando teclas (o la pantalla) de su teléfono. He visto japoneses que duermen parados en el tren. Claro, como ellos normalmente tienen los ojos casi cerrados, es muy facil que se les terminen de cerrar.


15 de abril

Un torii es un pórtico de forma especial, generalmente de color naranja, que indica que hay un templo. Resulta que hoy, en Kyoto, visitamos el templo Fushimi Inari, que tiene miles, en general de madera, uno a continuación del otro, formando senderos que suben la montaña arbolada. Queda muy linda la sucesión de toriis naranjas dentro del bosque. Excepto Cuca, recorrimos 3/4 del camino total, subiendo más de 600 escalones. Se ven subir muchachos corriendo, y también ejecutivos de corbata (irán a pedir o a agradecer un ascenso, supongo). Se ven muchas estatuas que tienen colgado como un babero. En este caso se veían zorros, pero ayer en Koyasan también estatuas humanas. Cuca quería averiguar el significado de ese babero, y se lo preguantaba a todo japonés con cara de hablar inglés que se le ponía a tiro. Nadie sabía. Al final una gurisa le tradujo algo que dijo uno del templo, pero no se entendió mucho. Hay toriis de muchos tamaños. Son donaciones, y el tamaño depende de la guita que puso el donante. El mantenimiento (pintura) lo debe hacer el propio donante, porque vimos pintores que pintaban uno solo.

Después fuimos al templo Byodoin, en Uji, cerca de Kyoto, donde se saca la foto del templo que coincide con el dibujo que está en la moneda de 10 yenes. El templo está rodeado por un lago, y en la foto se ve el reflejo del templo en el lago.

De tarde fuimos al barrio Arashiyama, que tiene una agradable zona para caminar con un arroyo, un puente, cerezos en flor, negocios, etc, rodeado de montañas con vegetación multicolor. Además, en otra zona del barrio tiene un bosque de bamboo.


16 de abril

Día largo. Nos levantamos a las 5 y 15. Tomamos un tren bala y un tren común y llegamos a Narita, el aeropuerto de Tokio. Y allí por fin sucedió lo que hace 15 días estábamos esperando. Mientras Cuca y Alicia cuidaban las valijas, yo buscaba dónde vender los yenes que sobraron y Juan estaba en el baño, vino el terremoto! Juan dice que no sintió nada. Será que los WC son tan adelantados que además son antisísmicos? O será que se confundió con otro ruido y otra vibración? Pero a los otros nos tembló el piso unos pocos segundos, y a continuación ruido de cosas que se golpeaban entre sí. Era las cosas que está arriba de los mostradores del Check In, que se sacudían. Las operadoras que hacían Check In salieron todas a los pasillos, y volvieron en menos de un minuto. Lo toman como algo normal, sin nada de pánico. Y ese estado es contagioso y ni nosotros nos asustamos.

A las 15 horas del 16 tomamos el avión a Los Ángeles, que llegó el mismo día 16, pero antes de las 9 de la mañana. Y eso que durante el vuelo se hizo la noche y amaneció. Además, durante más de una hora volvimos a vivir el día 15, porque cruzamos la línea del cambio de día.

Llegamos al hotel, y enseguida Cuca enloquecida nos arrastró a todos a hacer compras. Un embole. Luego a pasear por Santa Mónica (la costa y la zona comercial), a cenar y escribir el blog 33 horas después de haberme levantado.

En Los Ángeles llama la atención la enorme cantidad de hispanos que se ven, y los pocos sajones. También se ven enormidades de gordos. Puede que nos choque más porque venimos de Asia, donde casi no hay gordos.


17 y 18 de abril

Salimos de Los Ángeles y con escala en Miami llegamos a Montevideo.

Fin